jueves, 7 de febrero de 2013

Juan Pablo II será canonizado este año o en 2014

Juan Pablo II (Fuente de la imagen: infocatolicos.com)
Pablo Rioja | León

Que todos los papas no han sido santo de devoción de la Iglesia resulta evidente, que Juan Pablo II fue Santo ya en vida carece de discusión, que seguramente será canonizado a finales de este año o principios de 2014, una gran noticia para la humanidad.

Falta sólo el reconocimiento de un nuevo milagro por parte de los médicos de la Congregación de la Causa de los Santos para que el pontífice polaco sea elevado a los altares. “Los tiempos pueden ser muy breves”, aseguraba hace un mes el cardenal Giovanni Battista Re -un de los mas estrechos colaboradores del papa Wojtyla- que precisó haber tenido las informaciones hace algunos meses, cuando “en mérito a las curaciones científicamente inexplicables”, atribuibles a la intercesión del papa, la Congregación vaticana estaba estudiando unos tres o cuatro “para evaluar el más sólido y poder conformarse mejor a los criterios de juicio", como recoge la web zenit.org, entre otros medios.

“Los siete médicos de la junta tienen que estar de acuerdo en que se trata de un hecho inexplicable desde el punto de vista humano y científico”. Es justamente el equipo médico quien decide si se trata de un milagro o menos, puntualizó Re. Una vez obtenido el placet, debe decidir la Comisión de los cardenales y obispos, que juzga ”solamente si el milagro fue obtenido por la intercesión” del candidato a la gloria de los altares. Después se necesita la aprobación definitiva del papa y entonces “se puede proceder enseguida definiendo la fecha y el período más adecuado” dijo.

Debiera servirle a la Congregación el milagro de congregar a miles de jóvenes de todo el mundo en torno a Jesucristo cada dos o tres años bajo el pretexto de unas jornadas mundiales de la juventud que Juan Pablo II convirtió en el pan nuestro de cada día. Doctores tiene la Iglesia, lo sé.

Durante varios exorcismos, el Padre Gabrielle Amorth le preguntó al demonio que cuál eran las personas que más daño le causaban. Contestó que Juan Pablo II y Benedicto XVI. El primero porque había acercado en masa a los jóvenes hacia la Iglesia y el segundo, porque estaba revitalizando la Liturgia.

Quienes crecimos siguiéndole por París, Roma, Jerusalén, Toronto... aprendimos a no tener miedo, supimos que estábamos llamados a ser sal de La Tierra y luz del mundo, empezamos a asimilar que la fe, además de conocerla, había que vivirla.

Casi ocho años después de su fallecimiento, el papa de los jóvenes sigue aún más vivo que nunca en la mente de millones de personas, cuando le canonicen será eterno.

¡Que sea enhorabuena!

pABLO rIOJA (6-2-2013) 

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