lunes, 11 de enero de 2016

Zinedine Zidane, una nueva esperanza


Zinedine Zidane, nuevo entrenador del Real Madrid. 

Pablo Rioja | León

Recuerdo como si fuese ayer el gol de Zinedine Zidane en la novena copa de Europa, esos segundos de silencio de un enfervorecido bar acompañados después de un ¡ohhh! coral que ahogó cualquier sonido, cualquier orgasmo onomatopéyico. Gritar un simple ¡goool! después de aquella 'novena' maravilla hubiera resultado tan banal como visitar la Capilla Sixtina y exclamar un ¡qué bonito! En ambos casos, por cierto, el protagonista era Dios.

El sábado, cuando vi por vez primera ocupando el banquillo del Real Madrid al único francés incapaz de irritarme, sentí alivio y esa extraña sensación de que con él todo es aún posible, como cuando empaló aquel 'melón' de Roberto Carlos para regalar el mayor momento de gloria posible al madridismo.

Cinco goles en su debut para aquel mágico '5' que solía jugar de '10'. Un buen presagio. Pero de momento sólo eso. Queda lo más difícil, levantar la moral de una tropa asqueada de asquear con tanta táctica y tanto ataque de entrenador. Rafa, en agosto escribí que no creía que te comieses el turrón. Me equivoqué por una semana. No es personal, pero cualquiera que haya seguido un poco tu trayectoria futbolística habría llegado a la misma conclusión. Tu fútbol aburre, no sirve para el mejor club del siglo XX, no cuela eso de salir a no perder en vez de a ganar.

Zidane aún no es nadie en el mundillo de los entrenadores lo sé, pero igual no hace falta. Vicente del Bosque logró dos copas de Europa y dos Ligas limitándose a mantener la armonía y dejando hacer a sus estrellas, poco más. Y en este Madrid, como en aquel, las estrellas brillan por su presencia.

De todos modos, si la cosa sale mal habrá valido la pena. También te pitaba el Bernabéu los primeros meses, preguntándose eso de qué hace un chico como tú en un sitio como este. Y resulta que acabamos bailando salsa al anochecer creyendo así que el sueño de verte jugar no acabaría nunca. Pero acabó y los días de gloria fueron a menos.

Creo en ti Zinedine, llámame romántico si quieres, pero a mí imaginarme a Isco haciendo una de tus ruletas me pone más que contemplar cómo Modric tiene casi prohibido atravesar la línea de medio campo, no vaya a ser que pise una mina antipersona.

La única pena que tengo es que si te da por conquistar algún título este año le habrás salvado la cabeza al verdadero culpable de este desvarío, de esta continua falta de respeto al respetable. Él y sólo él debe dimitir. Le daremos las gracias por sus servicios y ya está.

Ahora que El Despertar de la fuerza está de moda, deseo que tu episodio en esta galaxia muy muy cercana sea como el IV y original de la saga; Una nueva esperanza.

pABLO rIOJA (11-1-2016) 

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