lunes, 16 de septiembre de 2013

Miedo a lo sobrenatural, miedo a la Verdad

Fuente de la imagen: hlopezbello.wordpress.com
Pablo Rioja | León

Resulta curioso observar cómo millones de católicos visitan santuarios marianos como Lourdes o Fátima, dos lugares donde se apareció la Virgen, y sin embargo se escandalizan o simplemente niegan que la mismímisa madre de Cristo se pueda estar apareciendo hoy en día, como al parecer sucede ininterrumpidamente en Medjugorje desde 1981.

El concepto de racionalidad se ha apoderado con cierto peligro de la mente de quienes profesan su fe en Cristo y en la Iglesia Católica, desplazando poco a poco el concepto de lo sobrenatural hasta arrinconarlo en una esquina meramente 'teoilógica'. ¿Por qué ese miedo/rechazo a lo sobrenatural? ¿No es acaso un miedo horrible a reconocer la Verdad?

"Yo soy la Verdad y la Vida", proclamó Jesucristo, cuya existencia terrenal -al menos en su etapa pública- está cargada de milagros y hechos sobrenaturales, basta con leerse cinco líneas de cualquiera de los Evangelios para comprobarlo. Caer en la tentación de pensar que todo aquéllo, así como tantos milagros realizados por la Virgen o lo santos a lo largo de la historia, no son más que relatos bíblicos o cuentos de la Iglesia, es, desde mi humilde opinión, fabricarse un Dios a medida que encaje en nuestra limitada mente. Si algo he aprendido es que a Dios no se le puede racionalizar.

Cierto es que una vida plena de fe no se sustentaría jamás sólo a base de milagros y hechos sobrenaturales, pero si Dios los permite, ¿por qué nos cuesta tanto admitirlos? Quizá, tal y como está el mundo en la actualidad, -desacralizado, metido en sí mismo y con nula capacidad para creer en lo que no se ve- se antoje más que necesario que Dios permita hechos sobrenaturales para que algunos se conviertan.

Entiendo que para muchos creer en lo sobrenatural -como parte de las gracias que Dios concede- sea admitir la Verdad de Cristo y por ende descubrir nuestras propias mentiras. Es curioso porque Jesús no dijo "Yo estoy en la Verdad" sino "Yo soy la Verdad", así que el que admite esto ha de admitir los conceptos de 'natural' y 'sobrenatural' que le rodean.

Sin darnos cuenta -siempre hablo en general- estamos teorizando las enseñanzas de Jesús, de la Iglesia y de quienes se creen realmente sus palabras y dan testimonio. Que la gente ajena al cristianismo o al catolicismo crea o no en la vida sobrenatural de la Iglesia resulta hasta entendible, pero que los propios católicos lo cuestionen, me preocupa. 

Lo sobrenatural nos rodea. ¿Acaso no es sobrenatural que tus pecados queden perdonados mediante la confesión? ¿O que un trozo de pan se convierta en el cuerpo de Cristo? Si aceptamos esto, ¿por qué no creer que la Virgen se aparece, la gente pueda sanarse de enfermedades o su vida cambie radicalmente a través de algo 'sobrenatural'? Con cautela sí, pero sin racionalizar a Dios.

pABLO rIOJA (21-8-2013)

lunes, 2 de septiembre de 2013

Regresar a Medjugorje

Monte de las apariciones en Medjugorje. 
Pablo Rioja | León

Regresar a Medjugorje se convirtió en una obsesión espiritual minutos antes de abandonar Bosnia y Herzegovina, la experiencia vivida había sido tan impactante que cinco días se antojaron insuficientes. Mi cerebro aún trataba de procesar tantos datos, tanta charla, tantos sucesos 'paranormales' y sobre todo, tanta paz interior. ¿Qué era todo aquello?

-"¿Has visto a la Virgen?" -Me preguntaron mis amigos nada más reencontrarnos en la capital leonesa. No les culpo, yo mismo había alimentado a la bestia hablándoles sobre las apariciones marianas a seis videntes que se suceden en aquel pequeño pueblo desde 1981. "Una nueva Fátima", les expliqué.

No, no vi a la Virgen, pero mirar para otro lado y ocultar lo que sentí y experimenté sería faltarle gravemente el respeto a la verdad, esa por la que quien da la cara, responde con libertad.

Quien ya ha viajado a 'Medju' sabe que lo de menos es si el sol danza o huele a rosas (signo este último de que la Virgen está a tu lado), ambas cosas suceden sí, pero lo importante es el clima de oración y respeto que une a miles de peregrinos en torno al rezo del Rosario, la confesión, la adoración del santísimo y la santa Misa.

Y no, no es coto privado de enfervorizados creyentes en busca de lo sobrenatural, más bien destaca por la cantidad de conversiones que surgen entre quienes jamás conocieron a Jesucristo o los que se olvidaron de él escandalizados quizá por alguno de sus servidores en la Tierra.

Sea como fuere, puedo afirmar que yo experimenté la paz más absoluta, el descanso que mi alma anhelaba desde hacía años, me sentí perdonado, querido y mimado por algo o alguien muy superior a mí. La Virgen ha prometido la Paz para quienes vayan a Medjugorje, una paz que desea transmitir al resto del mundo a través de la oración. ¿Su obsesión? Que la gente vuelva su mirada a Dios sin miedo.

Sería largo y pesado exponer los milagros y gracias que la madre de Cristo está otorgando aún hoy en Medjugorje, ¿que por qué allí y no en otros lugares? No lo sé, ¿por qué hay pobres y sin embargo yo tengo trabajo y un techo donde habitar? ¿Acaso soy yo mejor que ellos? En absoluto, sólo Dios tiene respuesta para esa pregunta. Claro que la Virgen está en todo el mundo, pero en estos momentos, en Medjugorje, ha decidido hacerse presente.

Sí, regresé a Medjugorje, y sí, os exhorto a rezar por la conversión del mundo, a visitar el pueblo si sentís algo en vuestro interior que os llama, aunque sea simple curiosidad, y sobre todo a abrirle el corazón a Cristo, él es el único que jamás falla.

MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL FENÓMENO MEDJUGORJE: http://pabloriojabarrocal.blogspot.com.es/2012/09/medjugorje-el-cielo-en-plena-tierra.html

(pABLO rIOJA 19-8-2013)