lunes, 2 de septiembre de 2013

Regresar a Medjugorje

Monte de las apariciones en Medjugorje. 
Pablo Rioja | León

Regresar a Medjugorje se convirtió en una obsesión espiritual minutos antes de abandonar Bosnia y Herzegovina, la experiencia vivida había sido tan impactante que cinco días se antojaron insuficientes. Mi cerebro aún trataba de procesar tantos datos, tanta charla, tantos sucesos 'paranormales' y sobre todo, tanta paz interior. ¿Qué era todo aquello?

-"¿Has visto a la Virgen?" -Me preguntaron mis amigos nada más reencontrarnos en la capital leonesa. No les culpo, yo mismo había alimentado a la bestia hablándoles sobre las apariciones marianas a seis videntes que se suceden en aquel pequeño pueblo desde 1981. "Una nueva Fátima", les expliqué.

No, no vi a la Virgen, pero mirar para otro lado y ocultar lo que sentí y experimenté sería faltarle gravemente el respeto a la verdad, esa por la que quien da la cara, responde con libertad.

Quien ya ha viajado a 'Medju' sabe que lo de menos es si el sol danza o huele a rosas (signo este último de que la Virgen está a tu lado), ambas cosas suceden sí, pero lo importante es el clima de oración y respeto que une a miles de peregrinos en torno al rezo del Rosario, la confesión, la adoración del santísimo y la santa Misa.

Y no, no es coto privado de enfervorizados creyentes en busca de lo sobrenatural, más bien destaca por la cantidad de conversiones que surgen entre quienes jamás conocieron a Jesucristo o los que se olvidaron de él escandalizados quizá por alguno de sus servidores en la Tierra.

Sea como fuere, puedo afirmar que yo experimenté la paz más absoluta, el descanso que mi alma anhelaba desde hacía años, me sentí perdonado, querido y mimado por algo o alguien muy superior a mí. La Virgen ha prometido la Paz para quienes vayan a Medjugorje, una paz que desea transmitir al resto del mundo a través de la oración. ¿Su obsesión? Que la gente vuelva su mirada a Dios sin miedo.

Sería largo y pesado exponer los milagros y gracias que la madre de Cristo está otorgando aún hoy en Medjugorje, ¿que por qué allí y no en otros lugares? No lo sé, ¿por qué hay pobres y sin embargo yo tengo trabajo y un techo donde habitar? ¿Acaso soy yo mejor que ellos? En absoluto, sólo Dios tiene respuesta para esa pregunta. Claro que la Virgen está en todo el mundo, pero en estos momentos, en Medjugorje, ha decidido hacerse presente.

Sí, regresé a Medjugorje, y sí, os exhorto a rezar por la conversión del mundo, a visitar el pueblo si sentís algo en vuestro interior que os llama, aunque sea simple curiosidad, y sobre todo a abrirle el corazón a Cristo, él es el único que jamás falla.

MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL FENÓMENO MEDJUGORJE: http://pabloriojabarrocal.blogspot.com.es/2012/09/medjugorje-el-cielo-en-plena-tierra.html

(pABLO rIOJA 19-8-2013)

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