sábado, 30 de junio de 2012

Sentir



Sentir es querer,
querer es soñar,
soñar es vivir un mundo irreal.

Vivir es luchar,
luchar es sufrir,
sufrir es perderte,
perderte es sentir.

jueves, 28 de junio de 2012

¿Para qué queremos un nueve si tenemos a Cesc?



Jugamos regular tirando a mal, sí, con el tiqui taca en barbecho, sin profundidad y la sensación de que la estrella de Del Bosque no sería suficiente esta vez. ¿Y qué más da? Que le pregunten a los italianos si se acuerdan de cómo ganaron cuatro mundiales, dos de ellos (1934 y 1938) seguidos. Por cierto, espero que no tengamos que acordarnos del ayuno voluntario de biscotto.

Estamos en la final, la tercera consecutiva, una estampa que empieza a ser habitual, como lo es ver a Casillas parando penaltis o a Cesc metiendo el quinto. ¿Para qué demonios queremos un nueve si te tenemos a ti? Lo de ayer fue un Deja Vu, una broma macabra que ya nos gastaron hace cuatro años en cuartos, aunque entonces nadie imaginaba lo que el destino tenía diseñado para un país que, Eurocopa y Mundial después, sigue peor de dinero que de rodillas, pero con esa droga llamada fútbol como calmante al menos por una noche.

Menos mal, querido Fábregas, que llegabas lesionado a la concentración y con pocos visos de jugar, porque desde entonces te convertiste en falso nueve, empataste ante Italia, marcaste contra Irlanda, abriste la cerradura croata y te emperraste en lanzar el último, que las cosas que funcionan no se deben tocar. ¿Le darás el pase de gol a Iniesta en la final?

¿Cómo ha cambiado el cuento eh? Caperucita es ahora la señora de Feroz, a los tres cerditos les expropiaron sus viviendas y están sentados en el banquillo por el Caso Malaya mientras Luis Enrique, Salinas, Arconada, Zubi, Morientes o Raúl reciben redención junto a otros cuarenta y tantos millones de españoles cansados de agachar la cabeza.

El próximo lunes la prima volverá a atragantarnos el alma, hoy, pase lo que pase el domingo, ya hemos hecho historia, pero si ganamos la final amigos míos, si se nos ocurre volver a ganar la final, entonces seremos leyenda. Seamos leyenda.

pABLO rIOJA (28-6-2012)

lunes, 25 de junio de 2012

De nada, Sara.


De nada, Sara.

No hay cosa que excite más a un español que el pan de reírse hasta de su sombra -con la que está cayendo se torna imprescindible- y el circo del fútbol, bálsamo que lo cura todo excepto la mediocridad. Y amigos míos, cuando ambas cosas se cruzan en el camino la mezcla resulta explosiva.

La casi colega de profesión Sara Carbonero, y digo 'casi' porque tengo entendido que no acabó la carrera de periodismo, se está viendo sometida estos días a un escarnio público, vía redes sociales, merced a su grandilocuencia como comentarista deportiva. Tal es el revuelo ocasionado, que decenas de periodistas y demás iluminados de la palabra han decidido imponer el pensamiento único como receta a un mal endémico que les asusta por la fuerza y rapidez con la que se propaga y sobre todo por si algún día les cae a ellos.

La propia protagonista, indignadísima, aseguraba hoy que 'eso de acusar desde el anonimato ya estaba muy extendido en la Edad Media'. ¿Esto lo debiste estudiar en cuarto curso no? Pues sí Sara, 'se mató a muchos inocentes' como también matizas en la noticia recogida por elmundo.es, otra gran frase para tu colección personal de obviedades. Pero tranquila, tú no hubieras sido bruja en el medievo y bueno, la inocencia la perdiste cuando La Sexta, esa gran cadena defensora de las mujeres, te contrató por tu cara bonita, perdón por tu nivel.

Una cosa es que Telecinco venda basura envuelta en físico y otra muy distinta que el pueblo llano trague con todo. Y quien subestime al pueblo llano, quemándolo en la hoguera, sólo conseguirá que se subleve aún más. El populacho, Sara, es soberano.

Serás muy guapa, muy trabajadora y la novia de un santo, pero como periodista deportiva eres un fiasco, una tomadura de pelo al coeficiente intelectual, un cero a la izquierda incluso para tus propios compañeros que te ningunean y luego van de amigos. No aportas nada, tu cara de seta al hacer una pregunta asusta y sí Sara, hay 100.000 mujeres PERIODISTAS mejor preparadas que tú sirviendo cafés en las redacciones.

Enhorabuena porque te lo has sabido montar, pero no olvides que quien debe dar las gracias eres tú y el pueblo llano, que de momento te mantiene ahí, el que debe responder: De nada, Sara.

pABLO rIOJA (25-6-12)

Añado a este post lo que dos profesionales del periodismo como Àngels Barceló y José María García han comentado días después de la Eurocopa sobre Sara Carbonero:

Barceló: "Hace unos días, Sara Carbonero le preguntó a Iniesta si le habría gustado tirar un penalti, cuando lo había chutado y lo había marcado. Imagínate que alguien hace esto en el Congreso de los diputados, que llega un periodista y le pregunta a alguien que acaba de ganar la presidencia del Gobierno si le habría gustado ser presidente. "Me acaban de nombrar"… A lo mejor soy excesivamente exigente con el trabajo de la gente, igual que con el mío".

Según la periodista, los directivos priman la imagen en las mujeres antes que la experiencia: "El físico era importante, pero también pesaba que supieras hacer las cosas bien. Yo creo que ahora esto no se tiene en cuenta, el físico es lo que tiene más peso".

García: Preguntado sobre las recientes críticas a la periodista de Telecinco Sara Carbonero, el veterano locutor ha opinado que es "espectacular por su físico, se desenvuelve bien, le quiere mucho la cámara", pero que "no es una brillante periodista, no es una triunfadora. Que está buena sí, que es buena no", añadió.

Para él, es una pena que con la de chicas con un valor tremendo, que se dejan la piel y que tienen ganas de comerse el mundo, "salga una chica guapa y que anuncie un producto que no aproveche la oportunidad". "Del cachondeo nacional de 'Gracias Sara', la culpa la tiene Sara", aseguró, porque "ha admitido el trato". Además la culpa de los ataques la tienen sus compañeros. "Cuando le preguntaron -sus compañeros- la primera gilipollez tenía que haber cogido las maletas e irse. ¿Qué preguntas le han hecho a Sara?. ¡Había dos tíos haciendo una carrera de relevos a ver quién hablaba más! De tarde en tarde se acordaban de ella y le tenían que dar paso" con esas preguntas, ha considerado.

No obstante, al hilo del "Gracias Sara", "ahora, la polémica es injusta. Ella no ha robado, ella no ha matado", dijo. "En el mundo de deporte no hay machismo, que Sara está buena, sí, qué es buena, no", concluyó.

FUENTE: Vertele.com

COLONIAS Y PUBLICIDAD



Colonias y publicidad, por Pedro Tapia (25-6-12)

Me estomaga ver ciertos anuncios en televisión. Sobre todo de perfumes masculinos y femeninos. En ciertas épocas son insufribles. El resto del año tenemos licencia para oler mal u oler simplemente a limpios. Entiendo que la mayoría de las marcas hacen campañas internacionales pero, ¿por qué todas tienen que incluir una frase en inglés? Una frase del tipo “Success beyond the game” o “L’eau, the new feminine fragance”. Y las personas que no poseemos la virtud del idioma nos rascamos la cabeza pensando qué nos han dicho. En publicidad como prima la imagen y todo nos entra por los ojos no nos acordamos ni del nombre de la fragancia en cuestión.

Me imagino a la señora/chica de turno diciendo a la dependienta de la perfumería:
-Sí mujer, quiero ese perfume en el que sale un hombre desnudo de la cama. Que tiene una mandíbula de efebo griego y un culo que me pone más caliente que la barandilla del infierno. Y el hombre/chico reclamando la colonia de la mujer que sale cabalgando a horcajadas de un caballo con una blusa blanca transparente donde se le adivinan unos pezones como los pitones de un miura sin afeitar.

¿Tenemos que esconder y travestir tanto mal olor? ¿Huele todo tan mal?
Y lo peor es que el agua comienza a ser un bien escaso. Verás el día que tengamos que ducharnos con gin tonic. Luego dirán que somos una “suciedad” alcohólica.

Me estomaga.

viernes, 22 de junio de 2012

La estrella de Del Bosque


LA ESTRELLA DE DEL BOSQUE

La verdad Vicente es que tienes estrella, tu pecho ya la lucía orgulloso incluso antes de ganar la copita esa dorada. Oye, que sacas un nueve mentiroso contra Italia y te mete gol. Que pones un nueve verdadoso ante Irlanda y te mete gol. Que luego sacas otra vez al mentiroso y te mete gol. Que quitas al nueve verdadoso cuando nos jugamos el pase a cuartos y contra corriente no sacas al mentiroso sino a Navas y va y te mete el gol del triunfo, en una jugada curiosamente iniciada por el nueve mentiroso que hacía escasos minutos acababas de sacar.

Vamos, que te da por alinear a Toni Grande como lateral derecho y hasta te pone un centro al área en condiciones. Algunos sectores sectarios casi te dilapidan por tener la osadía de sumar más puntos que en la primera fase del Mundial 2010 (7 contra 6) por meter más goles (6 contra 4) y por recibir menos (tan sólo 1 contra 2). Ay Vicente, Vicente... buena intención y mala gente la que te rodea cual pitón dormida a la espera de un tropiezo, un desliz, un flirteo con la libertad para morder tu historial, tirarlo por la taza del W.C. y poner en tu epitafio 'aquí yace un marqués que nos hizo campeones del mundo, aunque cualquiera lo hubiera hecho con esa plantilla'.

Ya dije hace tiempo que el periodismo deportivo de este país huele a rancio tirando a podrido, se salvan tres contados. Es esofagante tanta tertulia desde primera hora de la mañana, tanto docto de la redundancia y tantos plastas a la búsqueda y captura de una desestabilización que engorde las ventas. Todo son intereses, no prima la verdad, el respeto a una trayectoria, sólo el cainismo propio de quienes han de mantenerse en el puesto a costa de lo que sea. Cansa, en serio. Si no hay tarta para todos comeos entre vosotros, pero no al respetable.

Cierto es que no es santo de mi devoción el doble pivote, jugar sin delantero o que no creas en la mayoría de los suplentes, algunas decisiones me recuerdan a los ataques de entrenador de Guardiola, pero mientras mi mente siga recordando el minuto 116, a un tal Iniesta de mi vida, a San Iker, tiburón Puyol, Xavi o David Villa, mientras el corazón me siga dando un vuelco cada vez que vea la jugada previa al gol de todos los españoles, mientras pueda lucir mi bandera en el balcón, tendrás mi respeto y admiración. Porque tu estrella, querido Vicente, será por siempre la de todos.

pABLO rIOJA (22-6-12) 

martes, 19 de junio de 2012

Me estomaga, por Pedro Tapia Arteaga



Me estomagan los niños que mean en la calle. (19-6-2012)

Me estomaga cuando padres, abuelos y/o cuidadores ponen a los niños a hacer sus necesidades en la calle. Esgrimen el argumento de que es una urgencia, que no tienen educados los esfínteres y que como son niños se les puede permitir todo. La orina de las criaturas son lágrimas de ángel y sus cacas nocilla para untar.

Si es un acto tan “normal”, ¿por qué los esconden entre dos coches, detrás de un árbol, de una jardinera, de un contenedor o de una papelera?

En una ocasión alguien dijo que para saber si algo está mal hecho sólo hay que imaginar qué sucedería si eso lo hiciera todo el mundo. ¿Se imaginan el caso que nos ocupa? Ciudades convertidas en cloacas y letrinas.

Y luego dicen de los pobres perros. Pero si la culpa la tienen los dueños…

Me estomaga.

lunes, 18 de junio de 2012

Mi paradoja



PARADOJA (23-12-2008)

Paradoja es odiarte
ahora que me amabas tú,
sentir que no siento nada,
dejar las tinieblas y no encontrar luz.

Paradoja es mentirme
en honor a la verdad,
es luchar cuando he perdido,
es perderte tras ganar.

Paradójico fue morir
cuando aún estaba vivo,
ser un sabio del saber
sin saber que lo había sido.

Fue correr contracorriente,
una lágrima, un suspiro,
fue reír mientras lloraba,
fue mi hermano y mi enemigo.

¡Paradoja, ay paradoja!

Lo que escondes me atormenta,
lo que enseñas descoloca,
lo que buscas no lo encuentras,
lo que vendes no se compra.

Tu sonrisa, mi derrota,
tu color la primavera,
tu perfume, mi veneno,
mi vacío tú lo llenas.

sábado, 16 de junio de 2012

Muerto en vida (parte 2)



Pablo Rioja | León

-Eh tío, no te vas a creer lo que acabo de ver-. Me gritó al oído. -No soy tu tío imbécil, cállate ya o alguno de estos zombis terminará por llamar a seguridad para que te manden a tomar por culo-.

-¡Pero es que no oyes lo que te digo!-. Respondió indignado, esperando que el mundo se detuviera ante tal anuncio. -Claro que te he oído cretino. ¿Y qué, está de turismo por aquí?-.

-¿No me crees verdad?-. Preguntó retóricamente mientras la decepción se apoderaba de su ser. -¿Quieres verlo?. Está a sólo dos manzanas de aquí-. "No estaría mal", reflexioné. "Tengo un par de preguntas que me gustaría aclarar con él". Ante su insistencia decidí acompañarlo no sin antes cogerle prestada la cámara a Norber. Lo cierto es que una parte de mí creía a aquel chalado. ¿Y si era cierto?. No habría rotativa capaz de generar los suficientes periódicos ilustrando la noticia.

Corrimos calle abajo, a medida que me iba acercando hacia el supuesto lugar los nervios se hacían más fuertes y visibles. Tragué saliva, pensaba en cómo dirigirme a él. -Pero no sé arameo. ¿Hablará en inglés?. Joder, estoy perdiendo el norte-. Giramos a la derecha, luego a la izquierda y nuevamente a la derecha. Las palabras del supuesto chalado sonaban tan convincentes... sus ojos brillaban como los de quien se topa de bruces con un inmenso tesoro y no consigue dar crédito. De pronto comenzó a correr, no era capaz de seguirle el ritmo, su estela se empequeñecía más y más. Se detuvo de espaldas tras cruzar un paso de peatones en rojo. Tomé aire y mientras caminaba se giró fijando su mirada en mí, pero esta vez me aterró su expresión, sentí como si una flecha atravesara mi mente. Su cara se volvió demoníaca, un coche comenzó a tocar el claxon y entonces... en cuestión de segundos asistí a mi nacimiento, mi primer cumpleaños, mis padres jugando conmigo en el parque, un suspenso, mis borracheras en el río, Marta, sexo, el día que me licencié, mi primer trabajo... gente chillando desesperada, sola, angustia, tristeza, llanto, rechinar de dientes, oscuridad, horror... Y cuando el final se acercaba aparecí en la acera, desconcertado. -Sigamos, está a la vuelta de la esquina-, me indicó. ¿Qué coño había pasado?.

Me levanté, sudaba, no conseguía recordar nada pero olía a miedo. ¿Había estado a punto de morir?. El extraño vidente giró una esquina y yo tras él. Se metió en un callejón estrecho y señalando con el dedo hacia abajo susurró: -Ahí está-. Bajé la cabeza y el estupor, la expectación y el misterio se tornaron en profunda decepción. O mucho había cambiado la historia o Jesucristo no era negro, ni dormía apoyado en un cartón arropado por mantas manchadas de vino. Me sentí el capullo más inocente del planeta. Seguramente ahora tocaba robarme a punta de navaja.

Quise acelerar los trámites de aquel nefasto incidente sacando mi cartera del bolsillo, pero atónito, contemplé cómo de los ojos del presunto timador caían lágrimas mientras miraba a aquel indigente. Entonces, cuando me disponía a recuperar la cordura del mundo, el mendigo me miró y dijo: -¿Acaso no vale más la vida que el alimento?.

Aquella tarde me echaron del periódico, pero sí, me encontré con Jesucristo.

Acceso directo a la primera parte de este relato

Pablo Rioja 6-10-2010     

viernes, 15 de junio de 2012

Muerto en vida (parte 1)



Pablo Rioja | León

Mi último reportaje no ocupó ni un triste destacado en la portada dominical, era la quinta semana consecutiva que entre líneas debía leer un mensaje subliminal orquestado por los nuevos amos del mundo, soberbios ellos, dictadores de la democracia, pero cobardes como los gallitos pandilleros cuando se encuentran a solas con una de sus víctimas. Lo cierto es que andaba falto de ideas, violando cada noche a mi musa antes de dormir sin importarme una mierda sus tiempos, sus sentimientos.

La vida familiar no era lo que esperaba. Empeñarse en que los hijos reflejen la imagen y semejanza de sus padres es sólo el camino por el cual vagan los necios. ¿Seguía queriendo a mi mujer?. Esa terrible duda se presentó en el subconsciente antes de tiempo. Creía con firmeza que la pasión de los casados se extendería al menos durante los cinco primeros años. ¿Por qué no podía amarla?. ¿Por qué mi hijo pequeño necesitaba evadir sus problemas con pastillas de colores?. Y lo que más me angustiaba. ¿Por qué después de conseguir la casa de mis sueños y un puesto decente como redactor no conseguía ser feliz?. ¿Era esta la vida de la que me hablaban en aquellas reuniones parroquiales?.

El café me supo más amargo que de costumbre. Llegaba tarde. O ponía un buen tema encima de la mesa o mi futuro profesional en la compañía moriría tan fugazmente como Carmen, mi pequeña de apenas un mes a quien a algún pez gordo de por allí arriba se le ocurrió que sus días dando sentido a mi existencia eran ya suficientes.

Las horas se hacían interminables frente al ordenador. Todos corrían de un lado a otro, agobiados, sin detenerse a observar si lo que hacían merecería la pena. La angustia se había tornado insoportable. No me movería de aquel lugar hasta que las cinco columnas del periódico ilustraran un titular mío. Necesitaba algo impactante, diferente, algo que no apestara a demagogias baratas. La mierda de la política lo pudría todo. Lo cierto es que ansiaba venganza, si yo debía pagar injustos peajes a causa de los demás, lo justo era que ambos lo hiciésemos. No hay mejor arma que la palabra, y cuando ésta se difunde con una tirada de 60.000 ejemplares diarios puede hundir a cualquiera.

Bajé a por tabaco. Mientras hacía cola para pagar se me acercó un estúpido inmigrante pidiendo limosna. Trabaja... pensé al mismo tiempo que el desprecio copaba mi cara. Tras el lento vagar del ascensor rumbo a ninguna parte me encontré nuevamente entre esas cuatro paredes y pensé en entrevistarlas, seguro que nadie conocía tantos secretos y escándalos como ellas. Alguien había dejado una nota en mi mesa. "Estás jodido amigo". -Menuda novedad-, me dije a la vez que mis ojos escrutaban cada recoveco en busca de la marioneta manipulada para presionarme. -Moríos, hijos de puta apesebrados-.

Durante al menos diez minutos dejé escapar mi mente. ¿Para qué vivía? ¿Por qué nadie me avisó de las reglas del juego antes de nacer? ¿Por qué el Dios que conocí desde niño no solucionaba ya mis problemas? ¿Quién coño se creía? Ese cabrón había arruinado mi vida y a punto estaba de quitarme el pan. Maldita hipoteca.

-¡He visto a Jesucristo!, ¡Oídme bien, acabo de estar con Jesús!-. Las voces de aquel chiflado me trajeron de vuelta. ¿Quién demonios era ese tipo? Vestía un traje negro impoluto, peinaba pocas canas y su descuidada barba delataba al menos dos días sin afeitar. Parecía estar en trance, como poseído por algún espíritu. Recorrió todas las mesas sin que ni uno solo de mis colegas se dignase siquiera a reírse en su cara. A menudo numerosos personajes entraban en la redacción en busca de un 'junta letras' que escuchara sus historias y las convirtiera en noticia, pero sin duda aquella era la más original en lo que iba de año.

(continuará...)

Acceso directo a la segunda parte de este relato

pABLO rIOJA

jueves, 14 de junio de 2012

España-Italia, cuestión de cerebro

Empatamos sí, somos patéticos. Esta frase martilleó anoche los cerebros de millones de españoles después del debut de España ante curiosamente una selección que si mal no recuerdo tiene cuatro estrellitas en su escudo, nada una nimiedad. Ya lo venía diciendo la prensa deportiva a lo largo de la semana, Italia es una banda, sólo tienen a Pirlo, vienen de perder contra Rusia el último amistoso, victoria segura. El nueve Torres, el nueve Negredo, el nueve Raúl... decían. Bueno, un aplauso para todos ellos, acertaron una cosa, Pirlo era el mejor, porque después de jugar andando todo el partido se sacó un pase antológico que supuso el 1-0.

Empatamos sí, comienzan las dudas. Esta frase martilleó anoche los cerebros de millones de españoles que tras el debut de la Roja se empacharon de webs, tertulias estériles y opiniones que nadie ha pedido pero que los medios te sirven en bandeja de plata por si acaso te diera por pensar. Decían: Horrible del Bosque por no meter a un nueve, despistó a todos menos a Italia, el campo era impracticable, faltan extremos, Cesc titular?... Otro aplauso. Salió el nueve y falló tres goles, Cesc hizo el empate. ¿Esta selección que vestía ayer de azul y nos hizo el favor de jugar contra nosotros es la que tiene cuatro estrellitas bajo el pecho no?

Empatamos sí, qué falta de respeto. Esta frase martilleó anoche los cerebros de millones de españoles que en 90 minutos pasaron del 'yo soy español, español, español' al 'somos una banda, no pasaremos ni la primera ronda, si ya te lo dije Jose...' mientras retiraban las banderitas que horas antes colgaron orgullosos en sus balcones. Los mismos periodistas que alabaron el nabo que recibió en 2010 del Bosque por conquistar una estrellita para el pecho español, querían ayer metérselo por el culo y fichar a Mou para dejarse de tikis takas y colocar a Kedhira en el centro del campo. Una cosa ¿Estos mafiosos amaña partidos de Italia son los que ganaron el Mundial de España, los que se mearon en Salinas, Luis Enrique y CIA y contra los que tampoco ganamos en cuartos de final de la pasada Eurocopa?

Empatamos sí. Esta frase no martilleó anoche el cerebro de quien tiene cerebro. 

miércoles, 13 de junio de 2012

Disculpen la tristeza


Disculpen la tristeza (30/8/2010) Pablo Rioja...

La mayor de las mentiras fue una verdad a medias,
que tú no me querías, que yo te respeté.
El peor de los reveses, creerme que era algo,
probar el dulce amargo del sueño que soñé.

Morir me dio la vida, perderme hallar el rumbo,
ni resurjo, ni sucumbo, ni justicia, ni razón.
Los besos del fracaso hoy saben a victoria,
el héroe sin su gloria, villano con perdón.

Disculpen la tristeza de este loco que se aleja
de la cordura colectiva, de lo raro del normal.
Vi a mi sombra ensombrecerse por correr sin detenerse,
por mirarse en un espejo sin reflejo, ni moral.

Y del alma qué deciros, me la cosieron sin hilo,
la perdí por Holanda, la encontré en Tombuctú,
de tus ojos me aparto, con tus pies me deleito,
en tus pechos despierto, en mi yo fuiste tú.

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