lunes, 31 de marzo de 2014

La piel de la naranja

Fuente de la imagen www.quo.es

Pablo Rioja | León

'No se queden nunca en la piel de la naranja'. Así comenzó y concluyó una de sus últimas clases mi admirado profesor de Derecho Constitucional, Enrique Riera. Nos lo soltó, sin anestesia, a mitad de tercer curso de Periodismo, cuando por fin logras zafarte de los complejos, sintiéndote poco a poco plumilla profesional y sin embargo al escarbar sólo se atisban dudas.

Dudas sobre cómo será una profesión a la que idolatras, sobre si habrá tiempo para poner en práctica tanta teoría, dudas sobre el qué, el cuándo, el cómo, el dónde y el por qué. Dudas.

La titulación me regaló una meta, la culminación a una etapa feliz, pero confieso que no me convertí en periodista hasta cruzar las puertas de una redacción. Mi primer día apenas supe redactar cuatro breves, a la semana ya necesitaba ese chute de adrenalina que aporta la hora del cierre.

Pero el rigor, el dar un paso más, la sensación de inconformismo hicieron acto de presencia tras muchos resbalones. Fue entonces cuando asimilé aquella lección de vida. Entendí que en mi profesión nunca era suficiente, siempre quedaba alguna pregunta por responder, detenerse en las cinco W olía a dejadez. Y no hay estafa peor que un periodista acomodado. Estafa al ciudadano que confía en tu firma, pero sobre todo, estafa a uno mismo.

Hoy, unos cuantos artículos después, echo en falta las salidas en masa a la calle en busca del 'todo por contar', el contacto con la gente, la mala cara del político de turno ante tu impertinencia, me sobra tanto periodismo de sofá, tanta llamada desde el teléfono de la redacción, tanta nota de prensa, tanto gabinete.

Se apresuran a darnos de comer para que pescar se nos antoje innecesario. La naranja deslumbra desde lejos, pero cada vez menos ansían probarla, escrutar sus intimidades, sacarle hasta la última gota de jugo.

Son las tres de la tarde de un soleado día. Mi particular hombre del tiempo marca 30 grados en el exterior y sin embargo me pregunto si hará calor ahí fuera.

pABLO rIOJA (28-3-2014)

jueves, 27 de marzo de 2014

Ególatra del corazón

Fuente de la imagen: relatosdeunegolatra.blogspot.com

Pablo Rioja | León

Por no contar, que no cuenten conmigo,
esta vez me quedo para no volver,
los cuerdos pierden el sentido
ahogados en fuentes que beben sed.

Busco en el espejo y veo sombras
huyendo del puedo y no quiero querer,
el poeta niega lo que escribo,
nunca un antes ocurrió después.

Ególatra del corazón y otras drogas
que descolocan pero matan por igual,
como el artista que salta sin red
en un circo de sonrisa inmoral.

pABLO rIOJA (3-12-2013)

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martes, 25 de marzo de 2014

El Ángel de la guarda, una figura olvidada

Fuente de la imagen: www.artelista.com

Pablo Rioja | León

Dicen que están ahí incluso antes de nuestro nacimiento, protegiéndonos, supervisando cada uno de nuestros pasos, invisibles al ojo humano, pero no al alma. Caminan agazapados, conocen las angustias que nos acechan, interceden por nosotros ante Dios, pero ¿y nosotros? ¿Les tenemos presentes?

Quien más y quien menos ha oído hablar de ellos a sus abuelos y padres cuando era niño, incluso la mayoría habrá pedido su custodia antes de caer en los sueños... "Ángel de la guarda, dulce compañía..." ¿Os suena verdad? ¿Por qué entonces les hemos ido apartando poco a poco de nuestras vidas?

Según el padre Ghislain Roy, sacerdote canadiense al que el señor le ha concedido el don de la liberación y la sanación, la principal función de los santos ángeles es la alabanza a Dios, aunque también les ha encomendado la terrible batalla contra Satanás y los malos espíritus. Una guerra silenciosa pero real, que se libra desde tiempos inmemoriales y cuyas consecuencias nos afectan directamente.  "Los ángeles protectores permanecen siempre a nuestro lado en la lucha, dándonos fuerza y valor, curando nuestras heridas y defendiéndonos del Maligno", puntualiza Ghislain en una de sus principales obras; Para liberarse y sanar. Consejos y oraciones de liberación y sanación.

Como casi todo lo relacionado con la Religión, es imposible trascender este tipo de cosas tan sólo mediante la razón. La fe se antoja imprescindible para comprender al menos un 1% de lo que acontece en ese mundo espiritual que, aunque negado por muchos y olvidado por otros, nos rodea.

Reproduzco ahora parte de una oración que el padre Ghislain recomienda rezarle a nuestro Ángel de la guarda. Resume perfectamente los favores que este inseparable compañero puede concedernos si se le pide con fe. Incluso me atrevo a decir que gran parte de ellos nos los otorga sin pedirlos, por propia misericordia de Dios.

Ángel santo, tú eres mi guardián, mi tutor y mi maestro, mi guía y mi defensa, mi sabio consejero y fiel amigo.[...] ¡Qué respeto te debo, tú que estás siempre a mi lado allí donde vaya! [...]

Santo ángel, enséñame, corrígeme, guíame por el camino recto de la ciudad santa de Dios. [...] Presenta mis deseos al Señor, ofrécele mis oraciones, muéstrale mis miserias y hazme saber cómo alcanzar la sanación. [...]

Vigila cuando estoy descansando, sostenme cuando estoy cansado, sujétame cuando voy a caer, levántame cuando he caído, indícame el camino cuando estoy perdido, devuélveme el valor cuando estoy extraviado, ilumíname cuando no veo, defiéndeme cuando soy atacado. Y, especialmente en el último día de mi vida, sé mi escudo contra el demonio. [...]

Personalmente he tenido varias experiencias en las que sé que mi Ángel de la guarda ha intercedido por mí. Recuerdo una en especial. Venía de andar en bici con unos amigos, tendría 16 o 17 años. Avanzábamos con rapidez por el arcén de una carretera. En una pendiente que conducía a un paso subterráneo me puse nervioso ante la cantidad de tráfico que circulaba alrededor. Choqué mi rueda delantera con la de uno de mis amigos y caí de espaldas en una cuneta.

Imprudente de mí, no llevaba casco, ni alguna otra protección. Sólo recuerdo la cara aterrada de mis amigos al socorrerme pensando que había muerto. Debí desplazarme unos cuantos metros por el asfalto, pero mi cabeza no llegó a tocar el suelo. Explicar lo que sentí mientras rodaba sería imposible, pero sé que algo o alguien actuó como escudo entre la carretera y mis huesos.

Apenas tuve unos rasguños y prometo que el golpe fue grave. Lo curioso es que al instante de emprender la marcha supe que me había salvado mi Ángel de la guarda. No me preguntes cómo, pero lo supe. Desde entonces lo tengo presente casi a diario. Probad a pedirle con fe que os busque un sitio para aparcar cuando haya prisa.

pABLO rIOJA (25-3-2014)

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lunes, 24 de marzo de 2014

Este Madrid empieza a oler mal

OPINIÓN | RESACA DE OTRO CLÁSICO PARA OLVIDAR

Fuente de la imagen: www.mundodeportivo.com
Pablo Rioja | León

Se la pegó Ancelotti por enésima vez esta temporada ante un grande y el sentir popular, lejos de señalarle como principal culpable, carga su desmedida ira contra árbitros, adversarios 'violentos' y un molino de cuatro aspas que ni es gigante, ni da miedo. La socorrida pataleta del perdedor.

Lleva Carletto salvando los muebles toda la temporada, sin que apenas se note la falta de juego colectivo del Real Madrid, cobijado bajo un estilo efectivo pero rácano que ha brillado por su ausencia precisamente cuando más debía relucir. Sólo 1 punto de 12 ante sus rivales directos. Los números no engañan, las apuestas sí.

Y ayer el Madrid era favorito, tenía ante sí la oportunidad de sacudirse a un Fútbol Club Barcelona más preocupado de sus referéndums internos que de enchufarse a la Liga, pero volvió a ser un ejemplo de impotencia, desconcierto y nulas ideas, salvo 'arreones' made in Di María. Y todo ante un eterno rival venido a menos, moribundo, que como si de un paseo militar se tratase, le endosó cuatro estocadas jugando a lo de siempre. Ojalá no sean estocadas mortales, pero el enfermo empieza a oler mal.

Ya dije hace un tiempo que a este Madrid le falta poderío. Pocas veces se presenta la ocasión de borrar del mapa al Barcelona de Messi. La gente esperaba un equipo que saliese a presionar arriba, enloquecido, presto a morder en el cuello a una defensa endeble. Pero cuando quiso despertar ya perdía 0-1. De pronto la superproducción de Florentino comenzaba a sonar al Día de la Marmota, atrapados en el tiempo, en Guardiola, en Tito, en Tata. Una pesadilla digna del mismísimo Freddy Krueger.

Los árbitros son muy malos, pero eso ya lo sabíamos. Ronaldo, el único Cristiano que nunca pierde la fe, ayer no quiso, estuvo en el once, pero apenas se le vio sobre el campo y Bale, ¡ay Bale!, es una caricatura que de pronto aparece corriendo la banda cual Forrest Gump sin ton, ni son. Xabi y Modric llevan varios partidos desenchufados, Carvajal está aún muy verde, Diego López de titular es un insulto al intelecto y Ramos, siempre Ramos, él solito se cargó el partido. Sólo salvo a Karim y al fideo.

Ahora encima se cruza por medio la molesta visita a Sevilla, donde el Madrid se ha acostumbrado a doblar el lomo. Los trucos del trilero Ancelotti comienzan a ser insuficientes y o este miércoles se saca un conejo de la chistera, o la espuma se convertirá en un 'bluf' casi definitivo.

Hagan sus apuestas.

(24-3-2014)   

lunes, 17 de marzo de 2014

¡A COMER!

ME ESTOMAGA | PEDRO TAPIA ARTEAGA


Culo veo, culo quiero. Andan las cadenas de televisión a la gresca. Como siempre. Basta que una tenga un mínimo de éxito con un formato de programa para que el resto se apunten al copia y pega.

Pusieron a doce personas a convivir en una casa y a continuación otros les pusieron en una tribu, en una isla, en una granja o en una obra en construcción con jubilados y medios pensionistas. Y a ver quién insulta más para llegar a la final. Y a ver quién llora más, porque mira que se vierten lágrimas en estos programas.

Pues así ha sucedido últimamente con los programas de cocina. Master chef, Top chef, Todos contra el chef, Hoy cocinas tú, Menú exprés, Master chef junior, Deja un hueco para el postre y hasta Hoy cocina el alcalde. Cuánto mal hizo Ferrán Adriá. Lo único que tenemos en casa es un cazo y una sartén y todos queremos hacer cocina molecular. Todavía no se cómo todos estos programas no nos han causado daños cerebrales.

Te vas a un restaurante y decides cenar cigotos de la familia phasianidae cocinados a ciento setenta grados en jugo de drupas con solanum tuberosum y espolvoreados y requemados con variedades de ocales, jaranda, jariza y bola. Pues esto mismo lo cenas en casa y son huevos fritos con patatas y pimentón. Sólo hay una diferencia entre los dos: treinta euros. Que a veces piensas si los huevos serán los del dueño del restaurante.

Tal es el éxito de estos programas y el momento dulce que vive la gastronomía en general que toda esta euforia se traslada incluso a los dormitorios para hacer escenas de cama.

Yace la pareja en la cama y dice él: - En boca es plano, le falta pasión, textura, muy poca presentación y apenas noto el bacalao.
Y dice ella: - Manolo, cómeme el coño y deja de jugar a Master Chef.

Me estomaga.

sábado, 15 de marzo de 2014

La Iglesia de la Misericordia

OPINIÓN | UN AÑO CON EL PAPA FRANCISCO


Fuente de la imagen: www.aciprensa.com

Pablo Rioja | León

Gestos y una buena campaña de publicidad, pero ninguna decisión importante. Así resumen algunos entendidos el primer año del Papa Francisco al frente de la Iglesia Católica. Gestos como el de rehuir todo lo que huela a ostentación, el de saltarse protocolos para abrazar a los enfermos, lavarle los pies a una musulmana o pagar la cuenta de su hotel.

Gestos como el de cuestionarse que quién es él para juzgar a un gay, el de ensalzar el papel de la mujer como transmisora de la fe o el de cambiar las estancias vaticanas por la Casa Santa Marta.

Golpes de efecto como cuando se atrevió a hablar de fútbol en pleno corazón de Brasil, cuando invitó a los jóvenes a soñar con cosas grandes o el de afirmar que quería lío en las diócesis.

Ya escribí en su día que Francisco era el papa de la crítica y la autocrítica, pero hoy me atrevo a ir más allá. Bergoglio será -Dios mediante- el pontífice que restituya el mensaje de Jesucristo, ese hombre que vino al mundo a curar en sábado, a comer con publicanos, a perdonar los pecados y a predicar la misericordia.

Un mensaje olvidado y desvirtuado por gran parte de la Iglesia, más preocupada de sembrar el miedo adoctrinando conciencias, que de salir en busca de las ovejas perdidas. Algunas, por cierto, se perdieron con conocimiento de causa, hartas de sermones estériles.

Francisco no sólo lanza titulares que impactan a propios y extraños, predica con el ejemplo, como Jesús. Por eso se ha ganado el respeto de los sectores más críticos, que seguramente continuarán siendo críticos sí, o quién sabe, igual descubren a la Iglesia que instauró Jesucristo, la del Amad a vuestros enemigos y haced el bien a los que os odian, la del No se puede servir a Dios y al dinero o esa que rechaza tanto sacrificio porque al final, sólo se nos juzgará por lo que hayamos amado al prójimo.

Faltan decisiones sí, como la de acabar con el banco vaticano o la de exigirle al clero que pise el suelo, anunciado a un Dios que no castiga, que está dispuesto a consolar y perdonar incluso al más pecador, que no entiende de teorías, sólo de práctica. Falta poner en marcha de una vez por todas el Concilio Vaticano II, hablar sin complejos de los novísimos, azuzar a los cristianos para que naden contracorriente sin complejos.

Falta tiempo. Sólo eso. Francisco culminará la revolución que iniciaron Juan Pablo II y Benedicto XVI. Pronto veremos instaurada al fin la Iglesia de la Misericordia.

pABLO rIOJA (14-3-2014) 

lunes, 10 de marzo de 2014

Sacerdote a los 27

REPORTAJE | OBREROS PARA LA MIES
Juan Andrés Girón llegó a la capital hace seis años como uno de los 8 seminaristas que iniciaron la andadura del Seminario Redemptoris Mater Virgen del Camino. - ramiro

"Ser cura hoy en día no es una locura"
Pablo Rioja | León
La mies es grande y los obreros pocos, aunque el próximo 19 de marzo —festividad de San José y Día del Seminario— el cada vez «más envejecido» clero de la diócesis leonesa recibirá con los brazos abiertos a un nuevo ‘peón’ dispuesto, dice, a «dar la vida por anunciar el Evangelio». Será el primer fruto del Seminario Redemptoris Mater Virgen del Camino, cuya andadura en la capital comenzó en 2008 auspiciada por el obispo, Julián López, y de la mano de ocho jóvenes seminaristas.
Juan Andrés Girón Baldizón, de 27 años, es uno de aquellos peces que se atrevieron a nadar contracorriente entonces y cuyo destino quedará ligado a la Iglesia Católica en apenas diez días, cuando sea ordenado sacerdote bajo la atenta mirada de la Pulchra.
Nos citamos en una cafetería. Viste camisa y pantalones negros, luciendo el clériman sin complejos. Su cazadora forrada, guantes y bufanda dan fe de que conoce las bondades del clima local. «No me he vuelto loco», asegura este guatemalteco entre risas, consciente de que su firme decisión provoca incredulidad y escepticismo a partes iguales.
«¿Que cómo decido hacerme sacerdote? Buena pregunta. Yo siempre quise ser ingeniero como mi padre. Nací en una familia cristiana que me transmitió la fe desde pequeño, aunque jamás me planteé la posibilidad de entrar en un seminario. Lo tenía todo; dinero, buenas amistades, novia y cualquier cosa que un joven pueda desear. Pero, al contrario de lo que el mundo predica, no era en absoluto feliz, tan sólo me buscaba a mí mismo a través de los afectos».
Todo cambia —prosigue mientras le echa un trago a su cerveza— durante la Jornada Mundial de la Juventud del año 2005, en Colonia (Alemania). «Después de escuchar las palabras de Benedicto XVI y también las de Juan Pablo II en la JMJ de Toronto 2002, me planteo si es posible que un joven de 18 años pueda cambiar su vida radicalmente». Contra todo pronóstico, le abre la puerta a la voluntad de Dios. «Recuerdo que durante un encuentro vocacional organizado por el Camino Neocatecumenal —que lidera el leonés Kiko Argüello— pensé: «Si para ser cristiano Dios me pide que entre en un seminario, hoy estoy dispuesto». Meses después, Juan Andrés ingresa en el Seminario de El Salvador, dejando atrás la fe de sus padres para vivir la suya propia. «Me costó adaptarme, rezar tanto, vivir rodeado de otros jóvenes y sobre todo el tener que acatar las órdenes de un rector. Pero, por primera vez, descubrí que era feliz en medio de aquel absurdo».
 

Por cierto, ¿qué pensó su entorno más cercano ante este cambio radical? «Mis amigos y algún que otro familiar no entendieron nada, creían que me marchaba a completar los estudios, se lo tomaron a broma y cuando vieron que la cosa iba en serio quedaron apenados. Parecía como si me marchase a un campo de refugiados».
¿Le dolió? «En absoluto, no les juzgo, jamás fui un ejemplo de buen cristiano, ni piadoso, ni mucho menos un prototipo de futuro sacerdote. Más bien, mis planes pasaban por triunfar profesionalmente, ser admirado y mirarme el ombligo cada segundo. Pero Dios siempre escoge lo débil para confundir al fuerte».
Cuando las puertas del Redemptoris Mater Virgen del Camino se abren de par en par, envían al ya veterano seminarista a León como garante para que ayude al resto de jóvenes fundadores en su adaptación. «Los primeros años, mientras surgía una sede fija, vivimos acogidos en familias. Fue todo un regalo conocer sus costumbres, la forma de vida de los leoneses y sobre todo el cariño y la gratitud con que nos trataron», recuerda. Finalmente, el antiguo Seminario Menor regresa a la vida convirtiéndose en su actual hogar.
¿Alguna vez ha tenido intención de abandonar? «Mi combate, más que el de ser cura es ser un buen cristiano, porque no soporto mi cruz. Así que pensé alguna vez en marcharme, sí, pero supe que si lo hacía echaría por tierra ambas cosas».
En los momentos de soledad, cuando la morriña acecha y los miedos se convierten en gigantes de cuatro aspas, Juan Andrés se apoya en la Biblia. «Si se escruta bien, cualquier persona es capaz de encontrar respuestas en ella», asegura.
SU PRIMERA MISA, UN DÍA DESPUÉS
Un día después de su ordenación, el ya sacerdote cantará su primera misa en la Parroquia Nuestra Señora del Mercado y se pondrá en manos del obispo para que lo envíe donde crea conveniente. ¿Qué le ha aportado León en este tiempo? «He visto que la diócesis no es un territorio, son personas y las de aquí han aportado mucho a mi vocación, merece la pena dar la vida por ellas».
El reto en un país cada vez más secularizado se presenta, cuanto menos, difícil. ¿Se ve preparado? «No soy un derroche de virtudes, nadie puede decir que está preparado para el presbiterio, pero Dios me dará la gracia, no estoy solo en esto, yo tengo claro que quiero dar la vida como la dio Jesucristo, ese es el secreto para llegar a la gente».
Sorprende su seguridad en cada respuesta, la serenidad de sus gestos, no parece un discurso impostado.
El tiempo nos coge por sorpresa, así que le ‘atraco’ unos minutos más con la excusa de servirle como chófer. Supongo que después de usted vendrán otros nuevos sacerdotes más. ¿Es León hoy, con dos seminarios en su haber, cuna de curas? «Espero que sea una cantera de cristianos, porque lo que necesita el mundo son sacerdotes que vivan la fe en plenitud, que sean santos, servidores de los demás. No se puede vivir el sacerdocio como una profesión, como meros funcionarios, porque entonces se corrompe el ministerio». No es habitual que una ciudad tenga dos seminarios. ¿En qué se diferencian? «Nuestro matiz es que además de ser diocesano, también está abierto a la misión en otras partes del mundo».
¿Pero entonces se marchará de León una vez sea ordenado? «No, serviré aquí, aunque tengo esta disponibilidad de salir en misión siempre y cuando el obispo me conceda el permiso».
¿Entiende las críticas que algunos colectivos lanzan contra la Iglesia? «Algunas hasta las comparto. Como dice el Papa Francisco; la Iglesia se ha mundanizado. Muchos cristianos han perdido la fe, todo se analiza desde la razón, como una empresa, sin dejar sitio a la acción del Espíritu Santo, a la Divina Providencia. En cierto modo, la Iglesia necesita una reevangelización». El Papa Francisco está rompiendo moldes, sobre todo por su autocrítica. ¿Estamos ante un revolucionario? «Estamos ante un Papa que predica con el ejemplo y que está ayudando mucho a la Iglesia. Creo que el Espíritu Santo no se equivoca y suscita lo necesario para la Iglesia en cada momento. Desde luego Francisco es como un buen periodista, sabe lanzar titulares que suscitan el interés de la gente y eso es bueno».
¿Teme que la Iglesia desaparezca? «No, imposible, porque Cristo está encarnado en ella. Un mal fruto no indica que el árbol esté muerto», finaliza no sin antes invitarme a su particular boda con el Señor. Quizá la mies sea grande, pero los nuevos obreros parecen estar preparados.
pABLO rIOJA (9-3-2014)
Publicado en Diario de León

domingo, 2 de marzo de 2014

Yo también tuve un grupo de rock (I)

DESCUBRIENDO A CÓDIGO 84 | El primer concierto
Juan, yo y Gabriel en nuestro primer concierto en el Café Teatro

Pablo Rioja | León

Había llegado el momento. Los frenéticos meses de pruebas en mi zulo de estudiante, recalificado como local de ensayo, gestaron el sueño de cualquier adolescente atrapado por la música. Teníamos nombre, unas cuantas letras de amores imposibles y la sensación de que poder comerse el mundo estaba ahora más cerca que nunca, a sólo unas cuantas manzanas de la calle de Las Comunidades. Todo un presagio.

La estampa desde aquel diminuto escenario no podía ser más esperanzadora. No estaba claro si aquello sonaría a 'sarao' dominguero en casa de los León o al refrescante Pop de autor con el cual nos bautizaron en los medios de comunicación. Pero algo era cierto, el Café Teatro iba a convertirse en nuestro Cavern Club particular. Los Beatles cobraron 5 libras esterlinas en su primera actuación, nosotros 2 euros.

Entre amigos, amigos de amigos y los infalibles familiares conseguimos llenar el garito, pero tanto para Sastre, como para el gordo Press e incluso para mí, suponía todo un examen oral, una reválida que nos convencería de seguir jugando a ser un grupo de música o a colgar las botas incluso antes de saltar al terreno de juego.

Quizá suene prepotente, pero once años y pico después me atrevo a decir que la noche fue redonda, triunfamos, incluso la película americana rozó el guión de Oscar cuando un representante de grupos nos ofreció el moro, que no el oro, nada más bajarnos del escenario. Tocaríamos en varias salas de Valladolid y pronto, nos dijo, iríamos a Madrid a grabar un disco. 

19 años, un primer concierto más que aceptable -incluso para las percusiones de Gabriel- el subidón de adrenalida que sólo quien ha recibido aplausos conoce y la sombra de un cazatalentos dispuesto a pulir los diamantes en bruto. ¿Alguien da más? Por supuesto nuestros padres se encargaron de disipar la tormenta y bajarnos de la nube, pero qué coño importaba su opinión, éramos buenos joder, y mayorcitos para discernir. Queríamos más, no tengo claro hasta dónde, pero mis letras, los arreglos de Palito y Sastre a la Guitarra pusieron en marcha un engranaje perfecto, mágico. 

No, aún no éramos Código 84, sólo Dirección Prohibida y sí, tomar aquella dirección nos regaló los momentos de mayor gloria pero también insabores que desearía no haber probado jamás.

(Continuará...)

pABLO rIOJA (27-1-2014)