La celebración del Cónclave pone en escena uno de los ritos más antiguos y más estrictamente detallados de la Historia de la Humanidad. Son ceremonias, signos, expresiones, protocolos... que poco tienen que ver con la vida ordinaria y de los que conviene conocer su significado para no perderse en el maremágnum de información de estos días.
1.- ¿Qué es el Cónclave? Es el proceso con el que la Iglesia católica elige al Papa. En esta ocasión será el 266 sucesor de san Pedro. El término procede de la expresión latina 'cum clavis', que significa 'bajo llave'. Realmente, la sala de elecciones, la Capilla Sixtina, se cierra con llave tanto desde el interior como desde el exterior después de que se pronuncia el "Extra omnes!" (¡Todos fuera!).
2.- ¿Quién puede elegir y ser elegido Papa? Ciento veinte cardenales de todo el mundo han sido convocados, aunque sólo 115 estarán presentes, pues tres han superado la edad máxima para ser elector (80 años), uno se ha excusado por motivos de salud y otro ha renunciado por "comportamientos sexuales inadecuados". De entre ellos saldrá el Papa, aunque en realidad puede ser elegido cualquier varón con pleno uso de razón.
3.- ¿Por qué es un proceso secreto? Con el total aislamiento de los cardenales se trata de evitar que sean influenciados o presionados. Tienen prohibido el uso de móviles, ordenadores, radios, televisión, prensa escrita... Nadie se puede acercar a ellos ni ellos pueden comunicarse con nadie y se ha comprobado que no hay micrófonos ni cámaras ocultas en la Capilla Sixtina. En el caso de no respetar el juramento de secreto que han hecho, quedan excomulgados 'latae sententiae' (de forma inmediata y sin necesidad de juicio previo).
4.- ¿Cómo es un día en el Cónclave? Cada jornada se programan dos escrutinios o tandas de votaciones, una por la mañana y otra por la tarde. Antes, los cardenales celebran la eucaristía y asisten a la predicación de uno de ellos. En cada escrutinio se vota dos veces si es necesario, aunque si se alcanzan los dos tercios de los votos se interrumpe el proceso , pues es la cantidad necesaria para ser proclamado Papa. El resto de la jornada, los cardenales hablan entre ellos y descansan en la Casa Santa Marta, cuyas habitaciones se adjudican por sorteo. Antes de que existiera esta residencia, vivían en los aledaños de la Capilla Sixtina, en cubículos separados por biombos y con sólo un baño para todos.
5.- El voto, ¿es secreto? El voto es personal y secreto. Los cardenales no se pueden abstener de ejercerlo. Han de escribir el nombre de su elegido en una papeleta con una caligrafía lo menos parecida posible a su forma normal de escribir. Cuando son llamados, acuden a la urna con la papeleta en alto, la colocan en un plato y con éste la introducen en la urna.
6.- ¿Cuánto puede durar un Cónclave? Sin prisas y con pausas. Así se desarrolla el Cónclave. Puede durar tanto tiempo como sea necesario. Después de tres días sin resultado positivo, se interrumpen las votaciones y se dedica una jornada a la oración y al diálogo. Y así, cada siete escrutinios. Tras nueve días, los dos candidatos más votados pueden dirigir unas palabras al resto y en la siguiente votación no participan, sólo pueden ser votados por ellos.
7.- ¿Qué ocurre cuando se elige al Papa? Se le pregunta si acepta o no el cargo, pues no está obligado a hacerlo. En caso positivo, se le declara oficialmente Papa. A continuación pasa a la llamada Sala de las Lágrimas, donde se viste con una de las tres sotanas de distinto tamaño dispuestas para él. Se llama así a esta pequeña sacristía pues dice la tradición que allí lloran por primera vez los que han sido elegidos, conscientes de la responsabilidad que asumen.
8.- ¿Qué significa la fumata? El resultado de las votaciones se conoce por el color del humo que sale por la chimenea que conecta con la Capilla Sixtina. Por primera vez, en este Cónclave habrá dos estufas: una para quemar las papeletas y los apuntes de los cardenales tras cada votación y otra para producir humo de color con pastillas químicas. El humo blanco indicará que se ha elegido al Papa.
9.- ¿Por qué en su mayoría han sido italianos? En una época se explicaba por la mayor vitalidad de la Iglesia italiana con respecto a las nacientes iglesias de otros países. Hoy por hoy, es difícilmente justificable. Hasta hoy, de los 265 papas de la Historia, 212 han sido italianos. Lejos de esa cantidad, 17 fueron franceses; 11 de ellos, griegos; seis, sirios; el mismo número, alemanes; tres fueron españoles; tres, africanos y dos procedían de Dalmacia. Sólo una vez el Papa ha sido portugués, inglés, cretense, holandés o polaco.
10.- ¿Por qué el Papa se cambia el nombre? No es obligatorio que lo haga, pero tradicionalmente expresa así su respeto por alguna figura de la Historia de la Iglesia. Los más usados han sido Juan (23), Gregorio y Benedicto (16), Clemente (14), León (13) y Pío e Inocencio (12). Ninguno ha querido elegir Pedro, por respeto al apóstol. El nombre del nuevo Pontífice se conoce cuando es presentado en el balcón central de la Basílica de san Pedro con estas palabras: "Os anuncio un gran gozo: ¡Tenemos Papa!
El eminentísimo y reverendísimo Señor don Joseph, cardenal de la Santa Iglesia Romana Ratzinger, que se ha impuesto el nombre de Benedicto XVI" [anuncio del último Papa]. Tras este 'Habemus Papam!' y después de escuchar sus primeras palabras, el nuevo Pontífice imparte la bendición Urbi et orbi [a la ciudad y al mundo].
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