lunes, 7 de diciembre de 2015

El Sherlock Holmes español

ENTREVISTA | FRANCISCO PÉREZ ABELLÁN, criminólogo

Dicen que es el Sherlock Holmes español. Y es que este criminólogo lleva 40 años profundizando en los asesinatos más sonados del país —sin pipa ni Watson— pero con la tenacidad del mejor sabueso.

Francisco Pérez Abellán. Fuente de la imagen www.cuatro.es
"Los crímenes en España se investigan como cuando se mataba con lanza"
Pablo Rioja | León
—No hay muchos ejemplares que recojan con tanto rigor los crímenes ocurridos en España como lo ha hecho Javier Tomé con los de León.
—Así es. Por eso es tan importante hacer una crónica del crimen en León como la que ha hecho él. Ha conseguido crear un libro excelente, con mucha prosa y tino. Y el editor —Joaquín Alegre— ha dado a luz una joya que merece la pena conservarse. Es fácil de leer, pero al mismo tiempo hace un retrato de cómo ha evolucionado León a través de la parte más oscura de las personas.
—Dice Tomé que la maldad va por barrios, pero parece que León le gusta especialmente...
—Es lógico. Hay un error en la historia de España; cuando ocurre un crimen famoso esa localidad —en este caso León— tiende a sentirse dañada o disminuida y esto es una aberración porque toda clase de comportamiento extremo puede darse en cualquier país o territorio. León es una ciudad viva, que hace muchas cosas, tiene una potencia creativa enorme, no hay más que ver a la gente de León que triunfa en toda España y por lo tanto se dan otro tipo de personas que no actúan con corrección.
—El caso más reciente que recoge el libro es el de la ex presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, asesinada en 2014. ¿Qué opinión le merece?
—Es un caso absolutamente único para mí. Hablamos de una mujer —Montserrat— que a plena luz del día, con una pistola, dispara a otra, convencida de que va a haber impunidad. Estaba disfrazada pero de una forma simple. A ello se suma una heroicidad de un hombre que sigue a la asesina y ayuda a desenmascararla. El caso de Isabel Carrasco es un ejemplo de cómo hay que investigar un crimen hasta el final y no sólo castigarlo jurídica o policialmente, sino llegar hasta el fondo y saber qué hay detrás. Pero de momento sólo se ha revelado parte de la trama.
—¿Y cuál es esa otra parte?
—Pues la política. Todo el mundo ha querido dar la idea de que Isabel Carrasco fue asesinada por un asunto particular y personal; y no es así. El principal motivo por el que fue asesinada es porque era la parte más relevante de la política en León. Una señora absolutamente poderosa que había creado una serie de enemigos y resentimientos enormes en la ciudad, como todo personaje que triunfa. Aunque también sus más allegados dicen que en las distancias cortas era muy divertida. Fernando Jáuregui, que comió con ella el día de su muerte, me relató que en la comida todo eran buenos augurios. Es curioso comprobar que en este caso se produjo un gran fallo de seguridad. Sé que Isabel Carrasco estaba preocupada por su seguridad. Le habían llegado avisos muy serios con amenazas de muerte.
—¿Está diciendo que Montserrat y Triana sólo son la cara visible de una gran trama para asesinar a Isabel Carrasco?
—Yo estoy completamente convencido de que Montserrat y Triana no han podido asesinar ellas solas a Isabel Carrasco. Por ejemplo, ¿de dónde sacaron la enorme cantidad de munición que tenían acumulada? Y Montserrat, que ha confesado que disparó, tenía un entrenamiento previo para llevar a cabo estos disparos certeros sin que le temblara la mano. Esto no se puede improvisar, yo diría que es un crimen profesional. Insisto en que en 40 años no he visto nada igual. Ha sido asesinada no una mujer corriente, sino una política de primera línea que debería haber sido protegida por su partido, por las autoridades, guardas jurados, etc.
—¿Cree que saldrá algún día a la luz?
—No. En general los crímenes en España se investigan como cuando se mataba con lanza, no hemos avanzado nada. Se habla de criminología, con títulos que a veces se regalan, pero la realidad es otra. Nunca se investiga hasta el punto de profundizar en por qué pasaron esos crímenes, sino sencillamente para esclarecer cuál fue la culpabilidad del imputado de turno y ver si es merecedora de un castigo. No interesa lo que hay detrás.
—¿Cree que las mujeres matan mejor?
—Los hombres matan más, pero ellas matan mejor.
—Aparte del caso Carrasco, hay otro asesinato de actualidad en León; el de la peregrina estadounidense Denise Pikka.
—Me pareció absolutamente escandaloso que hubiera otro fallo de seguridad en la custodia del Camino de Santiago, un lugar que atrae a miles de peregrinos de todo el mundo y sin embargo de pronto se descubre que la gente puede desaparecer de un día para otro. Es alucinante que haya un individuo que además es capaz de cambiar presuntamente las señales. Y es que según la imputación, el presunto autor de los hechos estaba a la espera de turistas extranjeras que pudieran darle satisfacciones varias que la investigación no nos ha revelado.
—¿De quién es culpa esta falta de seguridad?
—Es una grave falta de voluntad política. Para mí la policía española es una de las mejores del mundo, pero no siempre tienen los mejores jefes. Recientemente se han denunciado algunos hechos por los que algunos jefes de policía han adquirido títulos académicos que necesitan por ley para ejercer su función. Son títulos que a cualquier ciudadano le costaría cuatro años sacar y sin embargo ellos sólo los sacan en uno. No siempre los jefes son los más adecuados, sino que son los más amigos de los políticos que deciden a dedo quién debe ser el jefe.
—De la larga lista de asesinatos históricos que recoge Tomé en su libro, ¿cuál es el que más le ha impactado?
—El que más me llega, porque lo viví de cerca, fue el crimen del Portillo, cometido por Covadonga Sobrino. Yo estuve allí cuando apareció la primera bolsa con restos de un hombre troceado y asistí a todo el proceso que tuvo que ver con la asesina. Fue la primera psicópata capturada que enfrentó los hechos con pelos y señales. Fue algo conmovedor que nos enseña que el crimen no es una cosa de locos, sino que la gente que mata, en general, son personas normales y corrientes que se encuentran en una situación en la que no ven otra salida.
—La crónica negra siempre suscita interés, ¿tenemos todos algo de psicópatas?
—A todos nos interesa saber cómo somos y la parte oscura que tenemos. Cualquiera en un momento determinado puede pensar que cometer un crimen es la única salida, pero hay que decir que eso es absolutamente falso, siempre hay otra salida.
—¿Qué le da más miedo, ¿un asesino en serie o el terrorismo actual?
—Hay muchos periodistas que opinan sin saber. Hablan de terrorismo islamista, de fanáticos religiosos y yo me empeño en explicar que los asesinos de París son delincuentes corrientes, en muchos casos drogados antes de entrar en combate y que son personas que no siguen ningún tipo de religión. La Yihad no tiene nada que ver con estos individuos. Estos asesinos de París son sólo terroristas. Lo correcto sería llamarlos banda Daesh.
Publicado en Diario de León (28/11/2015)
pABLO rIOJA

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