jueves, 14 de marzo de 2013

Reina y madre del pueblo leonés


Imagen de la Virgen del Mercado de León
 Pablo Rioja | León

Nueve son los días que le restan a la Virgen del Mercado para abandonar sus aposentos, rumbo a las calles del antiguo Reino, iniciando así una Semana Santa leonesa singular, olvidada por los medios de comunicación, insuficientemente vendida por las instituciones locales y sin embargo tan arraigada entre sus gentes, que aprendieron a llevarla en el corazón y sobre todo en el hombro.

La del Mercado o del Camino La Vieja convierte cada Viernes de Dolores en una fiesta del pueblo donde la procesión va por dentro y las devociones hacia la Madre trascienden más allá de credos, religiones y morales. Al igual que esta imagen muestra a la Virgen con el cuerpo de su hijo en brazos, así también recibe a cada de uno de los fieles que impacientes forman en las aceras a la espera de verla pasar. No hay nada que se le pida a una madre con amor que ésta se niegue a conceder.

Pujada por los mozos del barrio, la 'morenica' encaminará sus pasos hacia el Convento de las Carbajalas para escuchar la solemne Salve que interpretan las monjas. Después aguardan el Barrio Húmedo, la Plaza Mayor, la Catedral, la Calle Ancha, Plaza de Santo Domingo, Plaza de San Marcelo y la Rúa. Lugares emblemáticos de la capital que se rinden ante la que pronto será nombrada patrona del Ayuntamiento de León.

Nueve días y toda una novena en su honor que culminará, Dios mediante, el 22 de marzo a las 20.00 horas en la parroquia del Mercado con la entrada de los braceros por la puerta de la sacristía mientras las devotas entonan el 'Oh Virgen del Camino reina y madre del pueblo leonés'. Si el tiempo respeta, el cortejo estará de vuelta al templo hacia las 23.00 horas. La tradición se ha cumplido.

Durante el trayecto habrá momentos para que las bandas hagan sonar sus primeras marchas, para que la corporación municipal puje en una calle Ancha que volverá a quedarse estrecha por el público, para que el coro Conde de Rebolledo interprete un salmo en honor a la Dolorosa y sobre todo para que braceros y pueblo leonés entonen la segunda Salve del recorrido. La tercera llegará una vez el 'Paso' descanse ya en la Iglesia. Manolas, sacerdotes, representantes de todas las cofradías de León y devotos completan la marcha.

Y de ahí hasta el Domingo de Resurrección sin que la Pasión de Cristo se tome un respiro, varían los capillos sí, pero no el sentido. Puede escandalizar al personal que muchos papones no entiendan lo que están pujando, que ni siquiera pisen una Iglesia el resto del año, no juzguemos y no seremos juzgados, el caso es que la Semana Santa cumpla de nuevo con su principal objetivo; rememorar la muerte y sobre todo la resurrección de Jesucristo. Ambas, por y para el pueblo.

pABLO rIOJA (14-3-2013)  

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