Padre Ghislain Roy |
Mi pie estaba sanado sí. La Virgen María había cumplido su palabra. Y es que si espectacular fue el sentir cómo Dios, a través del padre Ghislain Roy, había curado mi tobillo, más aún lo es saber que la Virgen me había adelantado la curación. No, no estoy paranoico, ni tampoco veo a la Virgen, pero sí sentí un mensaje suyo en el corazón el pasado mes de agosto.
Estaba de peregrinación en Medjugorje. Llevaba años pidiendo por la sanación de mi pie. Sentía mucha tristeza al verme imposibilitado para correr, para jugar un partido de fútbol a mis 31 años. Entonces lo escuché. La Virgen me habló al corazón y me dijo que en septiembre sanaría. No sé muy bien explicar cómo uno entiende los mensajes del corazón, pero seguro que el 99% de personas que lean este post lo habrán experimentado alguna vez.
Yo estaba en mi habitación charlando mentalmente con mi madre celestial, le pedía varias cosas, entre ellas mi sanación. En el momento creí lo que me decía: "En septiembre sanarás", pero lo cierto es que no entendí muy bien el porqué.
A los pocos días de regresar de Medjugorje me enteré que el padre Ghislain Roy realizaría un retiro en Madrid del 25 al 27 de septiembre. Enseguida el mensaje de la Virgen cobró sentido. "En septiembre sanarás...". Desde ese momento comencé las gestiones para poder asistir junto a mi mujer al retiro. No es fácil conseguir plaza, dada la demanda de gente que quiere asistir. Pero estaba de Dios.
Los días previos le pedí aún con mayor fuerza a Dios que me regalase la curación de mi pie. Hay una cosa que siempre me consuela y es que Dios siempre tiene en cuenta lo que le pedimos aunque finalmente no lo conceda. Pero al menos lo sopesa. No sabía cómo iba a producirse, pero tenía la certeza de que sanaría por pura misericordia. Además, la Virgen jamás miente cuando comunica un mensaje. Y así, sin más, en medio de la misa del viernes mi tobillo derecho quedó curado.
Pero quedarse sólo en mi curación sería muy mediocre por mi parte. Ha sido un regalo inmenso del Cielo sí, pero no lo más importante del retiro con el padre Ghislain. Durante mis días allí, en el Valle de los Caídos, tuve la oportunidad de renovar las promesas matrimoniales, de confesarme como hacía años que no lo hacía. A riesgo de que la gente piense que estoy chalado, contaré otra anécdota que ocurrió durante mi confesión.
No conocía al sacerdote con el que me confesé de nada, ni tampoco le dije mi nombre en ningún momento. Pero lo cierto es que por dos veces se dirigió a mí por mi nombre. Confieso que me dejó desconcertado, incluso estuve un buen rato recordando si se lo había dicho y no me acordaba. Tengo la certeza absoluta de que no mencioné cómo me llamaba en ningún momento. Cosas del Espíritu Santo.
Enlace a la primera parte del post
pABLO rIOJA (1-10-2015)
bendito sea Dios y nuestra madre la virgen María y su gran misericordia
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