La doctrina según Alejandro Amenábar

Pablo Rioja | León

Me gusta el cine que propone Alejandro Amenábar, el único director español que se atreve -y lo consigue- a hacer películas made in América sin que se note que la firma es made in Spain. Los Otros fue sin duda su gran salto de fe hacia un universo, el hollywoodense, difícil de conquistar. Ágora y ahora Regresión confirman al director hispano-chileno como el único capaz de crear algo potable en este país situado entre Francia y Portugal.

Dicho esto, no puedo por menos que asombrarme con su empeño por criticar y culpar a la Iglesia Católica de absolutamente todos los males que asolan a la humanidad. Culpas tiene sí, pero Alejandro... que se te ve un poco el plumero. Y es que ayer, tras decepcionarme con una prometedora Regresión, no pude por menos que analizar algunas de sus películas y resumir rápida y simplemente su mensaje. Aquí va una pequeña muestra:

Mar Adentro: La historia del marinero Ramón Sampedro puso de manifiesto que la eutanasia debería estar admitida en España. La vida, por tanto, no importa y nadie debe decirnos qué hacer con ella.

Los Otros: Nicole Kidman es una fanática católica obsesiva a la que le dio por asesinar a sus dos hijos.

Ágora: La 'secta' de los cristianos tiene la culpa de que los textos más trascendentes de Alejandría se fueran al traste. También es quien provoca guerras y destruye la armonía entre religiones.

Regresión: El demonio no existe, ni tampoco la acción de las sectas satánicas. Todo es fruto de la mente humana. Es la Iglesia quien inventa enemigos para controlar al pueblo.

Este resumen, aunque simple, deja claro que Amenábar no es muy imparcial que se diga cuando se pone tras las cámaras. Hay quien dirá que ni falta que hace. Claro está. Cada artista crea lo que le viene en gana. Pero considero que tanto ataque a la Iglesia o a la religión católica le resta credibilidad. Es una buena enemiga, sin duda, pero no la culpable de todos nuestros males.

La gente no es tonta Alejandro, no hace falta que trates de adoctrinarla, serviría sólo con hacerla pensar.

pABLO rIOJA (6-10-2015)

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