jueves, 30 de marzo de 2017

Mi experiencia con el padre Fortea (II)



Pablo Rioja | León

He de reconocer que el padre José Antonio Fortea no deja indiferente a nadie. Puedes estar de acuerdo con sus tesis o no, creer en sus postulados o tal vez ponerlos en duda, pero jamás suelta una sentencia sin haberla mascullado antes con profundidad. Al fin y al cabo es un teólogo, no habla de oídas.

También pienso que se ha construido una especie de personaje. Es un sacerdote 'famoso' y lo sabe. Gana muchos enteros en las distancias cortas, al menos eso viví yo en el poco tiempo que pude estar con él tras su primera visita a la capital leonesa hace apenas una semana. Aún así, para lo conocido que es por muchos no aparenta ser soberbio. Os aseguro que la gente le paraba por la calle cada poco.

De la larga conversación que tuvimos cuando le entrevisté (charlamos durante una hora) me sorprendió lo dispuesto que está a meterse en todos los charcos. No rehuyó ni una de mis preguntas y creedme que más de una llevaba mala baba. Pero habló abiertamente de la pederastia dentro de la Iglesia, de si es conveniente que el papa Francisco se exponga tanto ante los medios de comunicación, de si Podemos tiene una cruzada contra la Iglesia... Como periodista agradezco personas como el padre Fortea porque están dispuestas a mojarse.

Sobre el titular que utilicé para la entrevista ha habido más de una polémica. Fue el siguiente: "Dios va a purificar el mundo dentro de 10 o 15 años". Obviamente la frase vista con letras negras y bien grandes llama la atención. Ese amigos es mi primer objetivo como periodista. Podría haber puesto "El padre Fortea viene a León a hablar del Apocalipsis", pero entonces ni la mitad de los lectores se hubiesen interesado por seguir leyendo. Aclaro que el padre Fortea dijo esa frase dentro de un contexto, pero la dijo literalmente, no hay manipulación para llamar la atención.

Para la entrevista preparé un total de 42 preguntas, de las que sólo llegué a hacerle la mitad aproximadamente. Decir también que mi periódico, el Diario de León, no me cambió ni una sola coma, ni censuró nada, ni me acotó el espacio. Pedí dos páginas y me las dieron. Algo que es de agradecer tal y como está la profesión hoy en día. Llevo diez años trabajando allí y jamás me han mandado cambiar ni una frase de ninguno de mis reportajes. Bueno, salvo que hubiese algo mal claro.

Fortea ya no ejerce como exorcista hoy en día, pero eso no quita para que haya sido uno de los más importantes de España. Tal es así que estando con él le paró un ciudadano de Madrid que ahora vivía en León y al que Fortea había realizado más de un exorcismo. Y el jueves otra de Ponferrada. Me confesó que no desea volver a ejercer como exorcista, que prefiere profundizar sobre el tema del demonio y seguir escribiendo más libros. No creo que sea un vendedor de humo, ni mucho menos un sacerdote con pensamientos de la Edad Media. Más bien me inclino por la idea de que Fortea no gusta dentro de la Iglesia porque dice algunas verdades incómodas que otros curas evitan por miedo a perder fieles.

pABLO rIOJA (30/3/2017)

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