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| Imagen del tren tras el descarrilamiento. Fuente diarioinformacion.com |
Resulta frustrante, casi ilógico, regresar a este humilde blog después de unas pequeñas vacaciones y encontrarse de bruces con la tragedia, en tu propio país, en la víspera de Santiago Apóstol patrón de España. Y no, la tragedia no son hoy los casi 6 millones de parados, ni la corrupción política, ni la estupidez nacionalista, gracias a Dios todo esto tiene solución.
La tragedia vino ayer sobre raíles, a unos pocos metros precisamente de Santiago de Compostela, ¿por qué ayer Santiago, por qué?
España, y sobre todo Galicia, se cubre hoy de luto ante los 80 inocentes que han perdido la vida en un triste e inesperado último viaje, así de cruel es la realidad, así de ingrato ha sido su final. Me van a permitir el atrevimiento, pero creo profundamente, y no es el consuelo de los idiotas, que todos ellos viven desde hoy en un lugar llamado cielo.
Lo sé, para los familiares seguro que no es un consuelo, al menos ahora, quizá más adelante, pero no busquemos monstruos creadores, ni villanos en vasos de barro, ni nos convirtamos en jueces de lo injusto.
Mi más sentido pésame a todos los afectados, rezo para que vuestro corazón alcance paz cuanto antes.
Qué triste noticia :(
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