jueves, 17 de septiembre de 2015

Frente al Santísimo

Fuente de la imagen: www.preguntasantoral.es

Pablo Rioja | León

Existen pocos lugares en León tan especiales y cargados de simbolismo como la Basílica de San Isidoro, único templo en la ciudad que mantiene expuesto el Santísimo durante todo el día, salvo cuando hay misa. El pasado martes me acerqué unos minutos antes de ir a comer para sentarme un rato a charlar con Dios. "Pero si Dios está en todas partes ¿no?", me decía un amigo al que me encontré de camino a casa. "Así es" -le dije- "pero aquí puedo verle cara a cara".

No muchos, entre los que me incluyo, valoramos el inmenso tesoro que se esconde a la vista de todos y sin embargo casi nadie busca hoy. La exposición del Santísimo es quizá, uno de los mayores regalos que Dios le ha hecho a la humanidad. Así lo quiso su hijo, que día tras día se entrega por nosotros en cada eucaristía.

No soy un experto en estos temas, sólo puedo hablar de mi experiencia. Y mi experiencia me dice que cada vez que estoy hecho polvo porque la vida se me antoja insoportable -como una carga difícil ya de sostener por mucho más tiempo- y acudo a sentarme unos minutos frente al Santísimo, siento consuelo, algo de paz y una fuerza que me dice; "no temas, aquí estoy".

No penséis que rezo grandes cosas, más bien le cuento cómo me encuentro, qué me está haciendo sufrir en ese momento, le reprocho si algo no entiendo... Este verano le escuché a un sacerdote decir -durante una catequesis en Medjugorje- que Dios se ríe muchas veces con nosotros. Y digo 'con', jamás 'de'. Hay una cosa que siempre me ha consolado saber; y es que pidas lo que le pidas, incluso la cosa más absurda, él siempre la escucha y la tiene en cuenta. Conoce nuestras intenciones, nuestro corazón, así que nunca le asustan nuestras pataletas. Yo soy mucho de pelear con él. Siempre me gana...

Otras veces, mientras le voy a visitar, me invita más bien a no decir nada, sólo a mirarle y ya está. No os negaré que me canso pronto, soy inconstante e impaciente. Pero aún así me siento escuchado. Hoy leía una frase curiosa que me vino al pelo. "Dios, cuando pierda la esperanza porque mis planes no se realizan, ayúdame a recordar que los tuyos son mejores que los míos". Siempre dan miedo sus planes, porque a menudo eso supone renunciar a uno mismo.

Creo que cada iglesia debería exponer el Santísimo al menos una hora al día y hacérselo saber a sus fieles. Los beneficios de sentarse un rato a charlar con Dios son incontables para el alma. Hoy el alma no importa, sólo importa lo material, lo efímero. Pero el alma es eterna... y nos preocupamos muy poco por su salud.

Gran misterio este del Santísimo. Agradezco que San Isidoro no prive a nadie de poder contemplarlo durante todo el año, incluso cuando la ciudad duerme. El alma nunca duerme.

pABLO rIOJA (15-9-2015)

No hay comentarios:

Publicar un comentario