martes, 7 de enero de 2014

Vuelvo, luego existo

Pablo Rioja | León

Qué bueno es callar cuando uno no tiene qué decir, sin duda en el silencio se encuentran las mejores respuestas. Luego, a cada rato toca volver y presentarle batalla a los miedos, disfrazados de vacíos y decepciones, dispuestos a vapulear al más cuerdo. Pero rendirse no ha de ser una opción, aunque confieso que la vida vivida sin Luz no sirve más que para 'sobremorir'.

Vuelvo, luego existo, qué gran alivio. Que el hasta cuándo se conteste a sí mismo, que nunca un porqué deje lugar a la duda.

Te espero en el absurdo, en la lógica paradoja, en la contradicción que rompe los esquemas.

pABLO rIOJA (7-1-2014)

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