lunes, 6 de febrero de 2017

Yo también tuve un grupo de rock (VI)

DESCUBRIENDO A CÓDIGO 84 | Un nuevo renacer

Parte de una imagen del grupo diseñada por Raquel Villahoz.

Pablo Rioja | León

De alguna u otra manera Adolfo Robles había aparecido en nuestras vidas en el momento oportuno. Él y solo él entendía lo que era Código 84 por dentro, lo que suponía un sueño así. He de reconocer que sin su aportación jamás me hubiera vuelto a subir a un escenario. Aunque no lo admitíamos, Gabriel y yo andábamos huérfanos sin Juan.

Adolfo se sumó a nuestra particular historia poco después de aquella reparadora conversación entre el gordo Press y un servidor. El grupo seguía, ¿pero cómo? De aquella Adolfo era una especie de fan de código 84. Conocía nuestras letras y músicas casi mejor que nosotros mismos. Su hermana Marta fue el nexo de unión. Él ya hacía sus pinitos con grupo propio en el instituto y enseguida supimos que si había un nuevo Juan, él era el indicado.

Recuerdo aquella nueva etapa como un renacer. Yo tenía preparadas una docena de canciones nuevas y el recién llegado aportó uno de los grandes temas de este Código 84 versión 2.0; Oye niña (enlace a la versión que Adolfo grabó más adelante con su grupo Eledeme). La conexión fue buena desde el principio. Además, sus conocimientos de música ayudaron a darle otro toque más profesional al grupo.

Quedábamos bastante para ensayar, todo olía a la frescura de antaño. Y es en esta parte de la historia donde Código 84 se hizo mayor de repente. Quizá demasiado deprisa. Entrevistas en la radio, en televisiones locales... me hacía gracia ver mi futura profesión de periodista desde las dos vertientes. Volvieron los conciertos, las fans entregadas, las tonterías que sólo unos locos podían imaginar.

Ser dos guitarras y unas percusiones se empezaba a quedar pequeño. Sí, es innegable que la cosa fluía pero nadie se convierte en un grupo de verdad hasta que no cuenta con batería y bajista. O al menos así lo veíamos por aquel entonces. Fue cuando Dani y Fran se sumaron al cada vez más profesional Código 84. Y es curioso, porque cuanto mejor sonaba todo más lejos me sentía de mi sueño. Llegaron los problemas, las diferentes visiones sobre el futuro del grupo. Nada grave, pero entendí que todo aquello estaba tocando a su fin.

Continuará...

pABLO rIOJA (1/2/2017)

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