Mary´s Land

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Pablo Rioja | León

Regresan los cines españoles del coma inducido por Gobierno, propietarios y la propia industria del séptimo arte al menos una vez por semana, en el conocido como Día del Espectador. Al fin, algún iluminado ha preferido llenar sus salas a 3,90 euros que regalar pases a un par de parejas por 9.

Aunque tristemente, determinadas obras de arte no logran engatusar al personal ni con precios reducidos, culpa, en gran medida, de nuestros prejuicios. Es el caso de Mary´s Land (Tierra de María), un curioso documental que recoge testimonios de personas cuyas vidas experimentaron un cambio radical merced a la intercesión de la Virgen. Dirigida por Juan Manuel Cotelo, la cinta cuanto menos impacta, pero supongo que los escasos recursos para su distribución y el tema a tratar no son carne de masas. Una pena.

Y una pena, sobre todo, porque entre los propios católicos surgen dudas a la hora de asimilar ciertos aspectos sobrenaturales que no encajan con su idea de Dios.

Pero supongo que Cotelo y su productora Infinito Más Uno ya sabían de antemano que lo importante no era llegar a las masas sino trabajar en la viña. Como aquel constructor de catedrales que escondió su mejor obra dentro de una columna maestra a sabiendas que jamás sería contemplada por nadie, excepto por Dios, que todo lo ve.

Desde luego Mary´s Land remueve conciencias, toca el corazón y advierte de una guerra silenciosa e invisible al ojo humano que se está librando en nuestros días, una guerra espiritual.

Para los marianos confesos, la experiencia de Mary´s Land reconfortará sus creencias y para quienes acudan a verla sin la mente ofuscada, el mensaje puede resultarles cuanto menos esperanzador. ¿Y a los tibios? "¡Ojalá fueras frío o caliente! porque a los tibios los vomitaré de mi boca". (Apocalipsis 3, 15-16).  

Como anécdota contaré que tuve la oportunidad de conocer a Juan Manuel Cotelo durante la grabación de esta película, en el misterioso pueblo al cual conduce la trama del filme. Al enterarse de que era colega de profesión, me invitó a acompañarle a una de sus entrevistas, aunque finalmente no pude entrar porque no estaba acreditado. Pero me sorprendió su humanidad.

Desde aquí aprovecho para darle las gracias, no por invitarme a la entrevista, sino por regalarme una profunda vuelta a mis raíces cristianas de la mano de mi madre celestial, María.

pABLO rIOJA (3-2-2014)