En los albores del Apocalipsis
se inundan de temor los paisajes
pintados al fresco sobre un suelo mojado.
Camina el Gorrión desnortado
hacia un nunca que siempre fue,
incapaz ya de alzar el vuelo.
La noche oscura clarea,
los necios compran su alma,
la calma sola se queda.
pABLO rIOJA (20-5-2014)
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