lunes, 2 de julio de 2012

SOMOS LEYENDA


Toda historia tiene su principio, su final. Toda leyenda se gesta a base de sufrimiento, de honor, de fortaleza. La de la selección española comenzó a forjarse hace cuatro años, ante Italia sí, porque nada en esta vida es casual, porque todo círculo posee su cuadratura y la nuestra encontró su particular paradoja de penalti, enviando a la red complejos, pesadillas y fracasos. Como casi siempre, el tiempo de ganar se palpaba ya en el corazón patrio, pero esta vez también se abría hueco en la cabeza.

Aquella Eurocopa de Austria y Suiza se inventó que jugando a jugar, a mimar, a saborear la pelota, se podía maravillar a todo un continente, pero sobre todo fue el fiel reflejo de que humildad, sencillez y equipo casan cuando a unos pocos les da por convertir lo raro en normal. 

El pasado 10 de junio, varios episodios después, volvía España a enfrentarse con su pasado, como si nada de lo conseguido tuviera aún un gramo de valor, y de nuevo el caprichoso cuento escribía en líneas rojas que la azzurri se tornara fantasma. Allí descubrimos el significado de ser marqués, qué digo marqués, príncipe de Asturias, impávido, sereno ante la crítica, mas necio en sus decisiones. ¡Bendita necedad!

Comenzamos entonces a cocinar un biscotto envenado y, como suele ocurrir en estos casos, los otrora vendedores de humo se bajaron del carro a la espera de un accidente que tarde o temprano habría de llegar. Pero por suerte el postre se sirve al final. Antes, como que no quiere la cosa, nos comimos la cresta y hasta al gallo, 'injustiça' incluida. Casillas y Cesc en un bucle interminable -uno para, el otro asiste, uno para, el otro mete el quinto, uno para...-, Ramos vestido de emperador e Iniesta, mi querido Iniesta, en el papel de antihéroe. ¿Alguien da más?

Pues sí, estos locos bajitos siempre dan más. Y de nuevo Italia, la madre de las batallas, y otra vez la historia llamando a la puerta, nunca les hemos ganado en partido oficial. Entonces, sólo entonces, el fútbol trasciende más allá del espíritu, los corazones palpipan al unísono mientras el desaparecido Xavi llama a la puerta del castillo para convertir la guerra en sinfonía. Cuatro, uno por cada estrella italiana. Y de repente pruebas el biscotto y hasta te gusta.

Toda historia tiene su principio, su final. Toda leyenda se gesta a base de sufrimiento, honor y fortaleza. Sí, hubo dos con tres, sí, puede que nuestro final aún quede lejos.

Y sí, SOMOS LEYENDA.

pABLO rIOJA (2-7-2012)

9 comentarios:

  1. Cuanta razón tienes, si... somos más que leyenda, la selección es "LA HUMILDAD" que necesita este país; Iker pidiendo clemencia al arbitro para que acabe la agonia "azzurra" y no se lleven para la bella Italia una "manita" antológica; niños, los niños de casi todos jugando en el césped disfrutando de la victoria de sus padres mostrando algo importantísimo FAMILIAS; y alejados de las top models que circundan a los "encumbrados" anunciadores de "gallumbos"; a un Don Vicente que ni siquiera estaba cuando el monumental Pepe Reina le reclamó en Cibeles, satisfecho de lo conseguido; que sus chicos jueguen al fútbol y lo ganen todo, disguste a quien quiera y con las palabras sibilinas de SM el Rey resonando en los oidos, cuando en sus alagos sale en su defensa insinuando que sabe lo que es en el estar en el punto de mira muchas veces de los que hablan sin saber, que suelen ser muchos y siempre tienen algo que decir... lo último lo escuché en la tele esta tarde: " España ha jugado muy bien estos últimos cuatro años, pero...también hay que decir que ha tenido muchísima suerte"... en fin, me sale decir, como dicen los toreros "la suerte, es para el que no sabe"...y además ya te dije como acabaría esto antes de que llegásemos a cuartos, no???, lástima que para la primitiva no me funcionen estas dotes...

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  2. ...Se me ponen los pelos de punta...Es la crónica perfecta...

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  3. Nada que añadir, ¡genial post! :)

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  4. Gran artículo, sí señor. Enhorabuena!

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  5. Gracias por dedicar unos minutos a leerlo, un saludo

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