Hubo una vez un circo

Pablo Rioja | León

Miliki puso un circo y le crecimos los enanos. Crecimos frente a un televisor en blanco y negro que tú y los tuyos llenabais de colores, crecimos en apariencia, que no en alma, si existe Nunca Jamás tú debiste de inventarlo. Crecimos entre ratones y gallinas descubriendo que todos teníamos un vecino llamado Pepito y un conocido con Don y con José. Sinceramente, si me preguntas que cómo estoy te diré que jodido, será por payasos... y te tuviste que ir tú.

Crecimos y ahora tenemos casi 30, casi 40, casi 50... menos una vida, la que nos acabas de quitar. Somos esos 'ustedes' por los que siempre te interesabas, antes ilusos repletos de ilusión, ahora ilusos con poco que ilusione ya. Como dice Sabina: "el elefante está ciego, el domador malherido y el lanzador de cuchillos trabaja como afilador". Disculpen la tristeza.

Al menos el auto de papá conserva aún algo de gasolina, de tortas andamos mal, para qué engañarnos, y eso que después de un año Mariano nos hemos llevado unas cuantas. Habrá que rezar más.

El cumpleaños siempre fue feliz, pero tú le trajiste la paz, la Navidad comenzó a saber a mazapán, a turrón de mieles, mi barba ya cría tres pelos de tonto y Susanita es ahora Doña Susana. Por lo demás no hay más, bueno sí, nos dejas más huérfanos de sabios del saber, de genios sin lámpara, de espinas con rosa.

Gracias amigo por no venderme motos, por ir de frente, por pintarte la cara para mostrar tus vergüenzas, por saltar sin red, por enseñarme a ser un payaso de los pies a la cabeza.

Hubo una vez un circo...

pABLO rIOJA (20-11-2012)