jueves, 1 de noviembre de 2012

MARCHANDO OTRA DE CIUDADES


ME ESTOMAGA | PEDRO TAPIA ARTEAGA


Una ciudad, por pequeña que sea, es una fuente inagotable de cosas curiosas. Basta con ser un poco observador.

El español, como idioma, la verdad es que no es gran cosa. Pobre de recursos, una lengua poco pujante, hablada en un par de países por cuatro pinchaúvas y que apenas sí ha dado 'uno o ninguno escritores insignes'. Precisamente por esa ausencia de vocabulario y porque lo importado siempre da un plus de valor y trascendencia recurrimos a vocablos foráneos.

Pues bien, en las ciudades existen soportes publicitarios que denominan mupis, opis, tótems magnums, publicidad below de line, stands, porta folletos take one, publicidad con la filosofía out at home, etc., etc.

Dentro de estos soportes voy a referirme en concreto a los mupis (mobiliario urbano para información).

Se encuentran salpicados por la ciudad y suelen tener dos cometidos. Uno, meramente informativo y publicitario y otro con claros tintes ecológicos que está muy de moda. La parte inferior de esta estructura se ha dividido en pequeños depósitos en los cuales se almacenan pilas, pilas de petaca, alcalinas, de botón y bombillas. Yo, que queréis que os diga, jamás he visto a nadie dejar nada de esto. Si acaso algún chicle o algún pañuelo de papel ahíto de mocos.

Como cada vez nos gusta más el ocio y el tiempo libre decimos que recargamos pilas, con lo cual no las desechamos. Y luces, lo que se dice luces, cada vez tenemos menos, así que estamos como para tirar las bombillas. Y en la parte superior de estos aparatos nos podemos encontrar la información-publicidad más singular.

Allá vamos. Un mapa estratégico de ruidos de la ciudad dividido por distritos. Objetivos de calidad acústica. Porcentajes de población de cada área sometidos a tantos por ciento en decibelios dBA en las vías más ruidosas.
¿Y qué? Toda la vida durmiendo plácidamente y ahora que conozco el estudio estoy obsesionado con el ruido de mi barrio: Ya lo decía Sabina.

'Ruido qué me has hecho,
Ruido yo no he sido,
Ruido insatisfecho,
Ruido a qué has venido.'

¿Y por qué no someten a estudio el ruido que tenemos en las cabezas? Eso sí que sería interesante y lleno de sorpresas.
Otro ejemplo. Mapa de radiaciones no ionizantes de la ciudad. Se ha estudiado los niveles de radiación en toda la ciudad y se ha llegado a la conclusión que son bajas en relación con los valores indicados en la legislación vigente siendo el máximo 1,94 V/m. Y se marcharon sin ruborizarse.

Ya me quedo más tranquilo. Respiro. Toda mi preocupación cuando salgo a la calle es que no me caigan unos cuantos calderos de iones en la cabeza y me dejen más lelo de lo que estoy. Hay días que los peroles de iones vuelan tan bajo que dan hostias como campanas.

¿Pero quién vende estas motos? Y lo más preocupante, ¿quién las compra? Este tipo de estudios, vitales para el ciudadano, siempre están pagados, subvencionados y/o patrocinados por ayuntamientos, diputaciones, universidades y juntas autonómicas. Curioso, ¿verdad?

No recuerdo el periódico ni el dibujante de una viñeta que vi no hace mucho. En un estrado y detrás de un atril un político estaba dando una rueda de prensa.

  • ¿Ustedes cuando no les vemos se ríen de nosotros?-preguntó un periodista.
Al menos en la viñeta el político no contestaba.

Me estomaga

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