ME ESTOMAGA | PEDRO TAPIA ARTEAGA
Hay
en televisión un anuncio de una bebida isotónica que lo ha clavado.
Habla del verano y de las cosas tan extrañas que nos encontramos
haciendo sin saber cómo. Cosas impensables en cualquier otra época
del año. Será el calor que nos pone los sesos hechos agua. No hay
pueblo que se precie que no tenga su reclamo para atraer como moscas
a la peña. A las miles de ferias de todo tipo para exaltación,
exposición y degustación de productos autóctonos, se une la
demostración de oficios artesanales abocados a la desaparición.
Mercados, mercadillos, rastros, recreaciones históricas, verbenas,
festivales, etc, etc. A éstos se unen los que quieren veinte
segundos en el telediario porque han hecho la tortilla, la empanada,
la paella o el bocadillo de choped más grande del mundo.
Pero
claro, el personal sigue abriendo la boca de puro aburrimiento, sigue
con ganas de marcha, buscando el rincón donde la oferta sea más
excitante porque los cánones de divertimento han cambiado. Ahí va
una muestra:
Carreras
de burros, nocheviejas en agosto, fiestas rocieras en septiembre,
lanzamientos de huesos de aceitunas, a tomatazo limpio, a tirarse
calderos de agua, a rebozarse con harina, con tierras de colores. A
ducharse con vino clarete, campeonatos de muecas, de buceo en
ciénagas, de levantamiento de esposas. Peleas con almohadas,
lanzamiento de trozos de pan al paso de un santo durante la
procesión. A lanzarse bolas de barro llenas de hormigas vivas….. El
verano nos desata.
Ya
lo dice la frase: Les dicen gordos y enseguida se ponen a hacer
dieta; pero les llaman tontos, y ninguno se pone a leer un libro.
Me estomaga
(Pedro Tapia, 23-8-2015)
No hay libros suficientes, Pedro Tapia.
ResponderEliminarNi en cien vidas diría yo...
Eliminar