El actual entrenador del Real Madrid, Rafael Benítez |
Pablo Rioja | León
Me da mucha pereza Benítez. Es escucharle en rueda de prensa y se me quitan las ganas de ver el partido. Claro, mi mujer encantada. Su fútbol aburrido, defensivo y deshilachado se parece a una versión made in China del Mourinho más rancio. Da igual si finalmente conquista la undécima, estoy convencido de que no gustaremos ni tres partidos potables durante su estancia en el banquillo del Madrid.
Su caso es de esos que ya empiezan mal desde el principio. No había concluido la temporada pasada cuando ya se filtró que Rafa sería el próximo inquilino de Florentino Pérez. Venía del Nápoles, al que fue incapaz de meter en Champions. Así que su mayor mérito para entrenar al mejor club del siglo XX es haber ganado una Copa de Europa al Milan cuando perdía 3-0 al descanso. Pero de eso hace ya más de una década.
Una pretemporada calamitosa y un inicio de Liga preocupante son su carta de presentación. De nueve partidos cinco acabaron sin goles. Que sí, que esto no ha hecho más que empezar, pero la perrita tiene el pis de un color rojizo alarmante.
Y no, no es sólo culpa tuya Rafa, tu jefe es el máximo responsable. Lo es por permitir un culebrón con Sergio Ramos que le ha servido a Pedrerol para llenar su Chiringuito de prensa amarilla todo el verano; lo es por despedir por la puerta de atrás al mejor portero de la historia de este país; lo es por volver a repetir con Anceloti el mismo error que cometió con Del Bosque; lo es por no acabar de parir con De Gea, ni fichar a un sólo jugador que mejore la plantilla en ataque. Y sobre todo, lo es porque como todos sabemos, a ti Floren los entrenadores te importan menos que a Carmena los niños que pasan hambre.
Todo ello con un Cristiano lejos de su mejor versión, un Bale que estropea cualquier esquema posible, un Benzema que aún no sabe si tendrá hueco y un Jesé que se olvidó de ser Jesé. Eso es todo el ataque madridista tras una temporada en blanco.
Lo que no puede ser es que en Gijón, el pasado domingo, en el banquillo sólo hubiese un jugador de ataque para sustituir a tres. El resto eran defensas o medios defensivos. Y como no hubo inspiración de Cristiano, pues 0-0. Rafa, esto es el Real Madrid, no el Inter, el Nápoles o el Liverpool. Aquí se juega a ganar, no a no perder.
Lo que no puede ser es que en Gijón, el pasado domingo, en el banquillo sólo hubiese un jugador de ataque para sustituir a tres. El resto eran defensas o medios defensivos. Y como no hubo inspiración de Cristiano, pues 0-0. Rafa, esto es el Real Madrid, no el Inter, el Nápoles o el Liverpool. Aquí se juega a ganar, no a no perder.
La cosa pinta fea y el modelo de 'los bandazos' se ha impuesto sin que nadie con un par se ponga al frente a reconducir el timón. Si Benítez no espabila dudo que se coma el turrón. Veremos...
pABLO rIOJA (24-8-2015)
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