sábado, 25 de mayo de 2013

España refuerza su número de exorcistas

El arzobispo de Madrid, Rouco Varela. Fuente de la imagen www.lasexta.com
Pablo Rioja | León

Cuando el padre Juan José Gallego Salvadores, exorcista oficial de la Diócesis de Barcelona, me comentó en agosto de 2012 que Francia cuenta con 112 sacerdotes exorcistas, Italia con uno por diócesis y sin embargo en España apenas le acompañan unos cinco o seis, entendí que el proceso de secularización que sufre este país estaba alcanzando un punto de no retorno peligroso.

Pero más que el ciudadano de a pié, lo preocupante es la falta de fe de muchos sacerdotes "que nos ven como bichos raros y no entienden nuestra función", puntualizaba el exorcista leonés. Como ya he dicho otras veces, la Iglesia Católica aparcó hace unas décadas el discurso rancio que atemorizó a varias generaciones, a las que atormentaban con el fuego eterno del infierno si no eran capaces de seguir sus 'normas cristianas'. Coincidiendo con la caída de Franco, los templos silenciaron, en general, cualquier referencia al demonio por miedo a perder en masa a un pueblo cuyo pensamiento empezaba a ser difícil de controlar. Por tanto pasamos de un extremo a otro radicalmente, hasta encontrarnos hoy en día con curas que en sus clases a seminaristas les hablan de Satanás como una simple alegoría del mal. "Quien no cree en el demonio, no cree en el Evangelio", dijo una vez un tan Juan Pablo II, al que por cierto le quedan pocas fechas para ser santo de facto.

La tesis de exorcistas y expertos en demonología como Gabrielle Amorth, Fortea o el propio Gallego Salvadores apuntan a que la gran victoria del demonio en este siglo XXI es que ha conseguido que nadie crea en él. Así, el mayor enemigo del hombre, opera a sus anchas aprovechando cualquier pequeña puerta que se le abra.

Por todo ello, aplaudo la decisión del cardenal arzobispo de Madrid, Rouco Varela, de nombrar exorcistas a ocho sacerdotes para cubrir la gran demanda que está recibiendo la archidiócesis de Madrid de sus fieles, y de la feligresía de otras diócesis que no tienen exorcistas, solicitando ayuda para liberarse de posesiones demoníacas, o bien de influencias maléficas (amarres, magia negra de brujas y quiromantes, mal de ojo, echadores de cartas y esoterismos varios, incluído el reiki), como recogió el portal ReligiónenLibertad.com hace unos días.

Sería recomendable que cada diócesis contase al menos con un sacerdote exorcista. Poco a poco supongo. Pero algo habrá visto un hombre de la talla intelectual como la de Rouco para dar este paso. Señores esto no es una broma, no es un golpe de efecto de la Iglesia, cada vez más personas sufren ataques a los que ningún psiquiatra logra dar respuesta y mucho menos solución.

Como canta Joaquín Sabina; el tarot y la astrología me los hice ayer en la peluquería. Allá cada uno con sus actos, pero abrirle la puerta a este enemigo es invitarle a tomar café, pastas y quién sabe si a dormir una noche en el cuarto de invitados. Lo malo es que al huésped le guste lo que ve y no quiera irse. 

pABLO rIOJA (25-5-2013)

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